el lado b de la respiración asistida

La difícil recuperación post COVID-19 de aquellos conectados por largo tiempo

En 2021, María, una mujer de 65 años sana hasta ese momento, enfermó de COVID-19. Su estado se complicó y tuvo que ser internada en terapia intensiva con respiración mecánica durante un mes. Afortunadamente, se curó y pudo de a poco recuperar su vida normal.

Unos meses después, un día cualquiera y sin que pudiera asociarlo a nada en particular, comenzó a sentir que le faltaba el aire y que seguramente iba a desmayarse y casi ocurrió. Varias veces volvió a sentirse así y sin muchas ganas consultó un psicólogo por lo que -claramente- eran ataques de ansiedad y pánico. Desde ese momento hasta ahora ha cambiado sus hábitos, duerme casi sentada por miedo a que se repita esa sensación y ha desarrollado diversos mecanismos de «control», lugares a los que no va, situaciones que prefiere no vivir, siempre en la creencia de que en cualquier momento podría sucederle algo.

Tuvo que aceptar que aquella enfermera de la terapia del hospital quizás estaba en lo cierto cuando le recomendó que no solo hiciera fisioterapia como parte de su recuperación sino también iniciara un tratamiento psicológico.

El caso de María no es original, los psicoterapeutas hemos comenzado a recibir en la consulta, casos de personas que han atravesado el COVID-19 con experiencias de coma farmacológico y respiración asistida y que presentan distintos grados de estrés postraumático, ansiedad y depresión.

Y es que para aquellos que se han enfermado gravemente en la última pandemia, un ventilador mecánico significaba la diferencia entre la vida y la muerte. Aproximadamente la tercera parte no lograron superar la prueba y aquellos que sí lo hicieron se han visto expuestos a diversos grados del síndrome de cuidados post-intensivos (PICS), un conjunto de signos y síntomas físicos, pulmonares, cognitivos, psiquiátricos y psicológicos que ya se habían observado con frecuencia después de internación en unidades de cuidados intensivos (UCI) en estudios pre-pandémicos (1).

Luego del alta , casi todos los sobrevivientes de enfermedades críticas experimentaran algún grado de este síndrome. Los factores de riesgo para desarrollar PICS incluyen períodos más largos de ventilación mecánica, delirio, tratamiento con esteroides, fármacos vasoactivos (noradrenalina, adrenalina, dopamina) y sedación, entre otros.

Desde el contexto neuropsicológico, se detecta con frecuencia algún grado de déficit cognitivo, alteraciones de la atención, la concentración y la memoria así como de las funciones ejecutivas (razonamiento, toma de decisiones, planificación) y problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o estrés postraumático.(2)

Una investigación realizada en el Hospital Universitario La Paz (3) se centró en el objetivo de determinar la prevalencia (frecuencia de aparición de casos nuevos) del síndrome post intensivo (PICS) a los 3 meses del alta hospitalaria en una cohorte de pacientes con síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2).

Se estudiaron adultos que sobrevivieron a la infección por SARS-CoV-2 y que sufrieron ventilación mecánica invasiva. Un total de 186 pacientes fueron evaluados a los tres meses del alta hospitalaria. La media de edad fue de 59 años, 126 (68%) eran pacientes varones que estuvieron una media de 14 días con respiración asistida.

Aproximadamente 3 de cada 4 pacientes (n = 139, 75%) cumplíeron los criterios de PICS. Se encontraron síntomas de trastornos cognitivos en 59 (32%) y psiquiatricos en 58 (31%) pacientes.

91 (49%) pacientes tenían debilidad muscular. 69 pacientes (37%) estaban de baja por enfermedad, mientras que 32 (17%) habían reanudado el trabajo en el momento de la evaluación.

Se encontraron trastornos cognitivos en 59 pacientes (32%) y psiquiátricos en 58 (31%) pacientes. En 47 pacientes (25%), los trastornos cognitivos fueron leves, mientras que 12 pacientes (6%) presentaron trastornos cognitivos moderados.

Los trastornos psiquiátricos predominantes fueron ansiedad, depresión y estrés postraumático.

En otro estudio similar (4) realizado en pacientes con COVID-19 ingresados en la unidad de cuidados críticos (UCI) del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, encontraron que 9 de cada 10 sobrevivientes de neumonía por SARS-CoV-2 ingresados en terapia intensiva presentaban al menos algún síntoma de PICS a las cuatro a seis semanas del alta hospitalaria.

Se detectó alteración del estado cognitivo en el 62% de los casos, ansiedad o depresión en el 27% (ocho pacientes), con predominio en las puntuaciones de ansiedad, y presentaron TEPT el 20% (seis pacientes).

Todas las personas que han pasado el COVID pueden experimentar algún grado de malestar emocional, pero la desestabilización emocional será mayor si ha habido hospitalización porque a la experiencia de estar enfermo se suman estresores   ambientales que agravan el impacto emocional . Pensemos en lo que significa estar muy enfermo y además aislado, sin la comunicación con nuestros seres queridos o ser testigos de otras muertes o sufrir la impresión de ver a otras personas, conectadas a respiradores. Ahora imaginemos que somos nosotros quienes sufrimos esa experiencia.

La sensación de «falta de aire» que refiere María no es sino la recreación de un trauma que se inscribe en su historia personal y que todavía no ha sido resuelto.

La psicoterapia tendrá que trabajar en ayudar a elaborar el miedo a la muerte, la sensación de pérdida de control del espacio y del tiempo, la vulnerabilidad extrema y sobre todo apuntar a la resiliencia como única estrategia para otorgarle un sentido a este tipo de experiencias extremas.

Sobre todo, será importante ayudar a los pacientes a transitar estas etapas sugiriendoles compartir sus vivencias no solo con familiares sino también con grupos de personas que han atravesado ese mismo camino para sentir que lo que les sucede es esperable y que solo se trata de su mente tratando de recuperar el equilibrio perdido. En éste sentido, la psicoterapia de grupo aparece como una herramienta casi imprescindible.-

En ocasiones, es importante también trabajar con el grupo familiar para que comprendan el contexto de aparición de estos síntomas y elaboren ideas preconcebidas sobre todo lo vivido.

Contar con espacios de encuentro para abordar estos aspectos, hablar de sus dudas y prejuicios, manejar los tiempos adecuados para acompañar esos estado de ansiedad o pánico de su familiar, los ayudará a transitar la recuperación de esa experiencia traumática que han compartido desde otro lugar con una base emocional más sólida para ofrecer a su ser querido el sostén, la comprensión y la ayuda que tanto necesita.

Referencias:

(1) Needham, D. M. et al. Improving long-term outcomes after discharge from intensive care unit: Report from a stakeholders’ conference. Crit. Care Med. 40(2), 502–529. https://doi.org/10.1097/CCM.0b013e318232da75 (2012).

(2) Delgado Hito, P., Romero García, M., & Heras la Calle, G. (2017). El
síndrome post-UCI. In G. Heras la Calle (Ed.), Humanizando los cuidados
intensivos. Presente y futuro centrado en las personas. (pp. 217–248).
Distribuna

(3)Nanwani-Nanwani, K., López-Pérez, L., Giménez-Esparza, C. et al. Prevalence of post-intensive care syndrome in mechanically ventilated patients with COVID-19. Sci Rep 12, 7977 (2022). https://doi.org/10.1038/s41598-022-11929-8 https://rdcu.be/dcb5Q

(4)Síndrome post cuidados intensivos en COVID-19. Estudio piloto unicéntrico.Eva Mateo Rodrígueza,, Francesc Puchades Gimenob, Aida Ezzeddine Anguloc, Juan Asensio Sampera, Cristina Saiz Ruiza, María Dolores López AlarcónaDOI: 10.1016/j.medcli.2021.11.014

El estrés no siempre es malo

El estrés en niveles intermedios o bajos es un contexto que puede facilitar conductas resilientes e incluso reducir el riesgo de trastornos mentales como la depresión o conductas antisociales .

Un estudio publicado en  Psychiatry Research (1b) encontró que niveles de estrés bajos a moderados pueden ayudar a las personas a desarrollar resiliencia y reducir el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental como depresión o conductas antisociales. El estrés de bajo a moderado también puede ayudar a las personas a hacer frente a futuros contextos estresantes.

Pero ¿Qué significa «bajo» o «moderado»?

Si bien adjetivos como «bajo», «moderado» o «alto», son subjetivos, se considera que aunque siempre se activa la respuesta de lucha o huida, en los casos en que existe un equilibrio entre la situación estresante y la percepción de control en forma de desafío asumible o motivación hablamos de eustres, (niveles bajos o moderados de estres).

El estrés que surge de estudiar para un examen, prepararse para una reunión en el trabajo o tener que aprender algo nuevo para acceder a una oportunidad laboral, puede conducir potencialmente al crecimiento personal. Ser rechazado por un editor, por ejemplo, puede llevar a un escritor a repensar su estilo. Y ser despedido podría hacer que alguien reconsidere sus puntos fuertes y decidir si debería permanecer en ese espacio o expandirse a algo nuevo. En la misma línea podemos pensar un divorcio como devastador o como un replanteo del proyecto de vida.

Aunque es cierto que la línea entre la cantidad correcta de estrés y demasiado estrés es delgada, el estrés, en la medida «correcta» puede actuar como «vacuna» contra el efecto de futuras adversidades. Genera memoria y también «anticuerpos» emocionales.

En el estudio señalado, los investigadores se basaron en datos del Proyecto «Conectoma Humano» (Human Connectome Project) (2), un proyecto nacional financiado por el Instituto Nacional de Salud (USA), que tiene como objetivo proporcionar información sobre cómo funciona el cerebro humano.

El primer paso fue analizar los datos del proyecto de más de 1200 adultos jóvenes que informaron sobre sus niveles de estrés percibidos; para ello utilizaron un cuestionario comúnmente utilizado en la investigación para medir cuanto de incontrolables y estresantes encuentran sus vidas las personas.

Los participantes respondieron preguntas sobre la frecuencia con la que experimentaron ciertos pensamientos o sentimientos. Por ej.: «En el último mes, ¿Con qué frecuencia se ha sentido molesto por algo que sucedió inesperadamente?» o “En el último mes, ¿Con qué frecuencia sintió que no podía hacer frente a todas las cosas que tenía que hacer?”

Luego, se evaluaron sus habilidades neurocognitivas mediante pruebas que midieron:

1) la atención y la capacidad para suprimir las respuestas automáticas a los estímulos visuales; 

2)flexibilidad cognitiva, o habilidad para cambiar entre tareas; 

3) Memoria de secuencias de imágenes, que consiste en recordar una serie de objetos cada vez más larga; 

4) Memoria de trabajo y velocidad de procesamiento de la información.

Los investigadores compararon esos hallazgos con las respuestas de los participantes a distintos cuestionarios para evaluar ansiedad, problemas de atención o concentración e irritabilidad, entre otros problemas emocionales y conductuales.

El análisis encontró que los niveles bajos a moderados de estrés eran psicológicamente beneficiosos, actuando potencialmente como factores protectores contra el desarrollo de síntomas de salud mental..

Pero la capacidad de tolerar el estrés y la adversidad varía mucho según el individuo.

Influyen la edad, la predisposición genética (temperamento), el carácter, la historia de vida y tener una comunidad de apoyo a la que recurrir en momentos de necesidad. 

No obstante, el estudio aclara que los niveles continuos de alto estrés pueden ser increíblemente dañinos, tanto física como mentalmente.

“El estrés crónico, como el estrés que proviene de vivir en la pobreza extrema o de sufrir abusos, puede tener consecuencias psicológicas y de salud permanentes. Afecta todo, desde su sistema inmunológico hasta la regulación emocional y el funcionamiento del cerebro. No todo estrés es buen estrés”, concluyen los autores de la investigación.

En todo caso, creemos que se trata de definir permanentemente la relación existente entre los eventos de la vida diaria, el contexto que se producen y la historia de vida del sujeto. Nuestro trabajo como psicoterapeutas y psicólogos de salud consiste en no permitirnos la «tentación» de respuestas automáticas a la demanda de nuestros consultantes sino en ayudarlos a poner en perspectiva lo que sucede, valorando sus herramientas personales para que no teman al conflicto, al cambio o al desafío del rediseño de sus objetivos personales.

El eustrés supone que trabajar y vivir fuera de nuestra zona de confort es algo bueno, solo cuando el estrés nos paraliza, nos genera angustia y nos enferma físicamente porque percibimos que nuestra vida es como la del hamster sobre la rueda que gira loca sin ir a ninguna parte, es cuando hay que leerlo como negativo.

El eustrés permite crecer en tres espacios:

  • Emocional, con sentimientos positivos de satisfacción motivación y continuidad
  • Psicológico , al aumentar nuestra autoeficacia y resiliencia.
  • Físico, al proteger nuestro cuerpo, instalando hábitos, cambiando nuestra relación con el entrenamiento y la nutrición, etc..

El estrés, ya sea eustrés o distrés, es una parte normal de la vida. Es posible que no siempre podamos controlar el estrés negativo que experimentamos, pero siempre podremos buscar nuevas formas de incluir más eustrés en nuestro día a día.

Un programa de control de estrés ayuda a superar el límite impuesto por los miedos y amenazas percibidas para acceder a una visión mucho más positiva de nuestra realidad.

«Cuando reflexiono sobre todas estas preocupaciones, recuerdo la historia del hombre viejo que antes de morir dijo que, a lo largo de su vida, se había preocupado por muchas cosas, de las cuales la mayoría nunca pasó.» – Winston Churchill

Fuente :

(1)https://neurosciencenews.com/stress-mental-health-21141/

(1b) Oshri, Assaf & Cui, Zehua & Carvalho, Cory & Liu, Sihong. (2022). Is Perceived Stress Linked to Enhanced Cognitive Functioning and Reduced Risk for Psychopathology? Testing the Hormesis Hypothesis. Psychiatry Research. 314. 114644. 10.1016/j.psychres.2022.114644.

(2) https://neuro-class.com/conectoma-mapeando-el-cerebro-humano/

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El Bienestar Psicologico: un indicador de salud mental

Según la OMS, «la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad».

Evidentemente, ésta definición es muy amplia, agregamos además que la salud mental supone la capacidad de coordinar el PENSAR – SENTIR – ACTUAR, para auto percibirnos en control de nuestras vidas, orientados hacia nuestros deseos y objetivos y con fluidez de matices emocionales.

La salud mental y física se vinculan en un continuo en constante relación : la salud emocional y mental facilita un cuerpo sano, una nutrición consciente (qué y cómo comemos) y hábitos de movimiento (ejercicio), que ayudan a prevenir enfermedades crónicas, lo que a su vez supone un mayor equilibrio mental.

Por otra parte, el bienestar describe un estado de fluidez en nuestras rutinas para desarrollar al máximo nuestro potencial.

El bienestar se preocupa más por un estilo de vida que por parámetrosde salud (física o mental). La percepción de bienestar es posible con o sin una salud perfecta porque se trata de todos los aspectos de nuestra vida: cuerpo, mente, trabajo, relaciones, vida emocional y mucho más. Por eso, aún transitando una enfermedad crónica, física o mental, es posible alcanzar un estado de bienestar, se trata de establecer equilibrio entre lo deseado y lo posible, de una forma realista, constante y comprometida.

Solemos hablar de la salud como «ausencia de enfermedad», en cambio el concepto de bienestar nos lleva a pensar en «equilibrio».

Puedo estar físicamente en forma, estar sano físicamente pero padecer un constante ruido mental, con pensamientos obsesivos que no paran o puedo tener ansiedades y miedos injustificados lo que me lleva a alterar mi ritmo de sueño o comer mal o exagerar mi preocupación por ejercitarme, seguramente en este caso mi bienestar psicológico será muy bajo y terminará impactando en mi salud física. 

En los últimos 20 años, se ha ampliado la definición de salud en general y de salud mental en particular, incorporando al trabajo psicoterapéutico la valoración de la variable «bienestar psicológico», entendiendo que si las categorías de bienestar están equilibradas, serán la condición necesaria -aunque no suficiente- de la prevención de alteraciones en la salud así como en la predicción de una buena recuperación.

Desde ésta perspectiva, nuestro trabajo como psicoterapeutas incluirá el diseño personalizado de programas de bienestar como «facilitadores» del cambio personal de nuestros consultantes.

¿Cómo lo hacemos? analizando todas las variables en juego tanto de salud como de bienestar, a través de diversos instrumentos diagnósticos:

Las variables a considerar en temas de salud, física y mental, incluyen:

/la genética,

/el entorno en el que se creció,

/los alimentos disponibles,

/la disponibilidad de acceso a incentivos culturales,

/los vínculos estables y

/cualquier enfermedad aguda o crónica presente o pasada

/los conflictos actuales o pasados

/ los rasgos de personalidad predominantes

/ el nivel intelectual y de instrucción

Por su parte, las variables asociadas al bienestar incluyen

/ la percepción de autoeficacia y autoestima,

/hábitos nutricionales variados y sin restricciones autoimpuestas que supongan algún grado de estrés o ansiedad x la comida,

/elegir mover nuestro cuerpo alegremente y no como una auto imposición,

/disponer de una batería de técnicas de resolución de problemas para no sentirnos presionados por las circunstancias,

/eliminar relaciones tóxicas de nuestra vida y

/trabajar de la mejor manera posible en una profesión o actividad que se acerque a nuestro modelo interno de «felicidad».

Modelo de Bienestar de Ryff(1989)

Seguimos en ésta mirada a Carol Ryff psicóloga, directora del Instituto del envejecimiento y profesora de psicología en la Universidad de Wisconsin-Madison, quién desarrolló hace ya 30 años una forma de entender el bienestar psicológico, concluyendo que varía según la edad, el género, el contexto cultural .

Ryff considera al bienestar como una condición necesaria, pero no suficiente para mantener la salud mental y física, en tanto el bienestar psicológico-dice- se relaciona con el sistema inmune, el sistema nervioso y el sistema endócrino.

Basándose en el modelo de Ryff, Giovanni Fava y Chiara Ruini desarrollaron en 2003, desde la Universidad de Bologna, la «Terapia del Bienestar» que tiene por objeto potenciar el bienestar, con estrategias cognitivo- conductuales para:

(1) Mejorar la identificación de momentos positivos,

(2) Identificar los pensamientos irracionales que generan «rotondas mentales», y

(3) Resolver – en lo posible- las carencias en las 6 áreas del bienestar propuestas por Ryff.

Y, agregamos, entender que «estar bien» es también aceptar que los sentimientos negativos, la confusión y a veces la quietud forman parte del paisaje.

Buscar mejorar nuestra salud y bienestar es -sobre todo- profundizar en la comprensión del por qué detrás de nuestras elecciones. Establecer y alcanzar objetivos puede parecer realmente desafiante, por lo que tener claro nuestros contextos nos puede ayudar a elegir mejor nuestras «batallas». Y es aquí, donde un programa de bienestar puede ayudar

Algunas preguntas que te facilitarán valorar tu predisposición a buscar tu bienestar:

  • ¿Cuáles son tus 3 fuentes principales de estrés y cómo se sentiría transformar esas experiencias?
  • ¿Has notado alguna relación entre tu estado emocional y qué y cómo comes?
  • Si quisieras moverte más, ¿Cómo te prepararías para lograr lo que quieres con metas razonables y sostenibles?
  • Si buscas cambiar de carrera o trabajo a algo más saludable, ¿Qué pasos pequeños podrías ir haciendo para que se sienta menos aterrador y más empoderador?
  • Y si tienes una enfermedad crónica, ¿Cómo puedes negociar mejor con tu cuerpo?
  • El tiempo libre es para ti ¿Una oportunidad o un castigo?

Llegar a la fuente de las experiencias es el camino de una sólida práctica de bienestar. Al establecer nuestros contextos de vida desde una perspectiva de causa- consecuencia, nos será más fácil construir rutas nuevas y hacer planes divirtiéndonos por el camino, sin sentir que luchamos contra molinos de viento.

En momentos sociales como el actual, de profunda incertidumbre y cambio global de las reglas de juego, luego de una pandemia que dinamitó toda certeza y puso en negrita la palabra «vulnerabilidad», nuestro desafío como profesionales de la salud es ampliar nuestra mirada y nuestro encuadre ofreciendo intervenciones creativas. Los programas de bienestar son una de ellas.

Fuentes:

Vázquez Valverde, Carmelo; Hervás Torres, Gonzalo; Rahóna, Juan José; Gómez Gutiérrez, Diego. Bienestar Psicológico y Salud: aportaciones desde la psicología positiva. Anuario de Psicología Clínica y de la Salud, Vol. 5, 2009, págs. 15-28

Ryff, C. D., & Keyes, C. L. M. (1995). The structure of psychological well-being revisited. Journal of Personality and Social Psychology, 69(4), 719–727. https://doi.org/10.1037/0022-3514.69.4.719

Ruini, C., & Fava, G. A. (2004). Clinical Applications of Well-Being Therapy. In P. A. Linley & S. Joseph (Eds.), Positive psychology in practice (pp. 371–387). John Wiley & Sons, Inc..

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Huilen salud & bienestar

Estrés & Ansiedad ¿Cuál es la diferencia?

» No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas» Epicteto

Existe una estrecha relación entre el estrés y la ansiedad. Ambas definen una forma emocional de reaccionar, pero, en el caso del estrés, siempre existe un desencadenante externo, quizás en el aquí y ahora, como una pelea o una fecha límite en el trabajo o a largo plazo, como asumir una enfermedad crónica, una mudanza o un despido laboral.  Algunos síntomas mentales y físicos habituales en el estrés son: irritabilidad, ira, fatiga, dolor muscular, problemas digestivos y/o trastornos de sueño.

Por otro lado, la ansiedad carga a la persona con preocupaciones exageradas y permanentes que no desaparecen aún cuando no exista un factor estresante. La ansiedad comparte síntomas con el estrés: insomnio, dificultad para concentrarse, fatiga, tensión muscular e irritabilidad.

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003211.htm

Si el nivel de estrés o ansiedad es leve, habrá una buena respuesta a mecanismos de afrontamiento básicos: actividad física aeróbica, una dieta variada y una buena calidad de sueño.

Si tu estrés o tu ansiedad no responde a estos cambios de hábito, o si te parece que está afectando tu día a día o tu estado de ánimo, considera la consulta con un profesional de la salud mental que pueda ayudarte a comprender las causas de lo que sucede y brindarte nuevas opciones. Un psicólogo puede ayudarte a distinguir si sufres un trastorno de ansiedad, o se trata de un estado de estrés desencadenado por estímulos externos que pueden ser identificables.

La ansiedad es una reacción interna que puede aparecer cuando el estrés no es reconocido y resuelto. A diferencia del estrés, la ansiedad tiende a permanecer aún cuando las preocupaciones han pasado.

Síntomas de estrés

Irritabilidad

Problemas de sueño

Baja energía

Dolores de cabeza

Atracones o pérdida del apetito

Sensación de estar sobrepasado

Síntomas de ansiedad

Sentirse tenso

Palpitaciones

Trastornos digestivos

Irritabilidad

Problemas de sueño

Sudoración

Problemas de concentración

Estrés o ansiedad: Diferencias, síntomas y alivio
https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/estres-y-ansiedad

El estrés y la ansiedad en niveles agudos pueden controlarse con

  1. Estrategias de relajación (yoga, respiración, tai chi, contar hasta 10, mindfulness)
  2. Actividad física (ejercicios aeróbicos, caminata, correr, nadar, andar en bicicleta)
  3. Hábitos saludables (alimentación equilibrada, rutinas horarias de comida y sueño, reducir consumo de sustancias como el alcohol, cigarrillo o psicofámacos no prescriptos, no consumir drogas estimulantes)
  4. Generar espacios de creatividad personal (escribir un diario, un blog, tener un podcast, fotografía, música, artesanias, cerámica, tejido, pintura, lectura, cocina, etc..)
  5. Reducir los mecanismos de control y examinar creencias limitantes (tipo Blanco/Negro)
  6. Incorporar el consumos de remedios naturales contra la ansiedad (ashwagandha, manzanilla, pasionaria, valeriana, lavanda, kava)
  7. Planificar y organizar el tiempo de trabajo y descanso desde el 80/20 (80% de tiempo de trabajo x 20% de tiempo libre ) durante el horario laboral, gestionar los distractores para aumentar la efectividad, VALORAR LA NECESIDAD DEL TIEMPO LIBRE

¿Cuando consultar a un profesional de la salud?

Cuando el estrés agudo se transforma en crónico y aparecen este tipo de señales :

  1. Cambios importantes en los hábitos (sueño, comidas, rutinas, higiene corporal)
  2. Estado de ánimo bajo la mayor parte del tiempo
  3. Pensamientos rumiantes o catastrofistas
  4. Uso problemático de sustancias o psicofármacos
  5. Autolesiones
  6. Pensamientos suicidas
  7. Sensación de pérdida del control

El estrés y la ansiedad son conductas normales y esperables frente a situaciones de amenaza. Son parte de la respuesta de lucha o huida que nos mantiene enfocados al preparar al cuerpo para enfrentar el peligro.

El estrés es la reacción frente a las demandas del día a día cuando se perciben como inmanejables pero no es malo en sí mismo, un nivel manejable de estrés nos mantiene activos y enfocados, pero cuando la única respuesta es la tensión permanente y la ansiedad como medida de todo….algo no va bien.

Puedes controlar tu estrés y ansiedad con técnicas de relajación o ejercicios de respiración, actividad física o conversando sobre tus preocupaciones o problemas. Ponerle palabras a los pensamientos ayuda a quitarles peso.

Pero si el estrés y la ansiedad te abruman y se convierten en «un modo de vida», se transforman en una patología crónica y requieren tratamiento psicoterapéutico.

…… Es el momento de consultar!

Salud mental: Trucos sencillos para bajar el estrés y la ansiedad

Fuentes:

https://www.medicalnewstoday.com/articles/stress-vs-anxiety

https://www.medicalnewstoday.com/articles/322396

Cómo controlar los pensamientos negativos

  • «Descentrarse», significa ser capaz de observar nuestros propios pensamientos y sentimientos
  • Cuando una persona puede observar sus propios pensamientos, es capaz de elegirlos
  • El descentramiento es muy importante como técnica en las terapias cognitivas y en la práctica de la meditación consciente

Es fácil criticar lo que hacemos o decimos, de hecho es más habitual que suceda que lo contrario: «¿Por qué lo hice?», «Por qué lo dije?», «Siempre te equivocas». Lo que no es tan fácil es preguntarse por qué actuamos de esa manera, pero si alguna vez lo has hecho, si has tomado distancia de tu experiencia mental inmediata, entonces has aplicado la estrategia del descentramiento que no es otra cosa que  ser capaz de observar tus propios pensamientos y sentimientos. Es el acto de alejarte de cómo te sientes para ganar un poco de distancia, dentro de tu mente.

Pensamiento Rumiante by chavelly91 on Genially

Los primeros trabajos sobre descentramiento mental datan de 2015, un artículo publicado por Bernstein et al. en Perspectives of psychological Science, lo define como la capacidad de centrarse en una postura sin prejuicios hacia ese pensamiento o sentimiento aceptándolo. O, si te resulta más fácil de entender, cuando piensas, «arruino todo lo que hago», en lugar de creértelo y aceptarlo como la verdad de tu realidad, simplemente puedes reconocer que has tenido un pensamiento acerca de arruinar todo lo que haces. No tienes que aceptar ese pensamiento, o responder a él, o actuar como si fuera verdad, simplemente lo dejas ir.

El descentramiento involucra tres conceptos : 1) conciencia de la conciencia (o «meta-conciencia»), 2) no identificarse con la propia experiencia interna, y 3) reaccionar en forma baja o moderada a nuestros pensamientos.

 Nina Josefowitz, Ph.D., señala en su blog que el descentramiento supone «reconocer que los pensamientos son eventos mentales que no son necesariamente ciertos y a los que no es necesario reaccionar o creer.»

Otros estudios han demostrado que la descentralización puede aumentar la motivación al logro de objetivos personales relacionados con hábitos, como por ejemplo, la pérdida de peso en personas habituadas a los atracones. En 2018, Katy Tapper y Zoyah Ahmed publicaron un estudio en Frontiers in Psychology que sugiere que la atención plena con prácticas de descentramiento, podrían ayudar a éstas personas a controlar la ingesta excesiva de alimentos altos en calorías como el chocolate.

Este punto de vista, sugiere que hay una relación entre un bajo nivel de meta-cognición (la capacidad de las personas para reflexionar sobre sus procesos de pensamiento ) o descentramiento y algunos síndromes ansiosos y depresivos.

Los síndromes ansiosos y depresivos tienen incidencia en la calidad de vida y en las actividades cotidianas. Los síntomas depresivos incluyen un estado de ánimo bajo, disminución del interés por temas habituales, agitación, fatiga, insomnio o hipersomnia, sentimientos de inutilidad o culpa exacerbados, disminución de la concentración, desesperanza y , en algunos casos, pensamientos recurrentes de muerte.

Los síntomas ansiosos, por su parte, se caracterizan por la expectativa de una amenaza futura ,un estado de alerta, cansancio, trastornos del sueño, tensión muscular, irritabilidad y dificultad para controlar los pensamientos catastrofistas .

Estos síndromes suelen presentarse juntos, y las personas que los sufren suelen lidiar con cierta incapacidad de tomar distancia de las emociones y pensamientos, o de conectar con experiencias de bienestar emocional.

En cambio, aquellas personas con capacidad metacognitiva o de descentramiento desarrollada, pueden «observar» sus pensamientos y emociones como algo pasajero en vez de identificarse con ellos. Es decir, una persona con capacidad metacognitiva podrá observar como piensa en que algo malo va a suceder sin creérselo y recordando todas las veces que pensó lo mismo y nunca sucedió, pero también es capaz de pensar en toda las veces en que fue optimista y positivo, conectando con otros recuerdos de su vida que le permiten construir narrativas personales menos angustiantes.

Como para detener los pensamientos obsesivos – Desansiedad

Con mucha investigación psicológica detrás, y muchos escritores declarando que es un componente esencial de la salud mental, parece claro que el descentramiento o la metacognición no son sólo palabras de moda o una tendencia psicoterapéutica. 

Entrenarte en la capacidad de dar un paso atrás en el contenido de tus pensamientos cuando son rumiantes, recurrentes y negativos, puede ayudarte a resolver ese malestar. Es demasiado fácil castigarse a sí mismo con pensamientos autocríticos, o crear creencias amenazantes acerca de la forma en que encajamos en el mundo, ganar cierta distancia en estos pensamientos y creencias puede ser menos fácil pero un paso importante hacia un mejor auto-cuidado.

Referencias:

Bernstein, A., Hadash, Y., Lichtash, Y., Tanay, G., Shepherd, K., & Fresco, D. M. (2015). Decentering and related constructs: A critical review and metacognitive processes model. Perspectives on psychological science: a journal of the Association for Psychological Science, 10(5), 599–617.

Josefowitz, N. (2021, May 27). Help Your Clients Use Mindfulness and Decentering to Put Their Negative Thoughts Aside. Retrieved from https://www.newharbinger.com/blog/professional/help-your-clients-use-mi…

Tapper, K & Ahmed, Z. (2018, April 24). A mindfulness-based decentering technique increases the cognitive accessibility of health and weight loss related goals. Frontiers in Psychology, 9, Article 587.

Fuente :

https://www.psychologytoday.com/us/blog/i-hear-you/202111/heres-the-real-secret-fighting-negative-thoughts

Linares, Gutierrez, Soler: El papel del mindfulness y el descentramiento en la sintomatología ansiosa y depresiva, Clínica y Salud; Vol.27, No 2, pag 51-56. https://journals.copmadrid.org/clysa/art/j.clysa.2016.03.001

Fertilización asistida y depresión en la pareja

Se calcula que una de cada siete parejas en el mundo occidental tendrán problemas para concebir. La ansiedad, el estrés y la depresión suele aparecer inmediatamente después del conocimiento del diagnóstico, impactando fuertemente en la comunicación de la pareja. Como siempre, no es posible generalizar, no obstante, sí es evidente que la que más sufre suele ser la mujer.

En este dato influye la visión cultural de género asociada a la mujer como «dadora de vida», la historia individual, la historia de pareja y el hecho de que es la mujer quien constata mes tras mes que no ha quedado embrarazada.

Lo que sigue después del diagnóstico es una dinámica que pasa por la etapas de cualquier duelo: negación, ira, negociación, depresión, aceptación….y que puede desembocar en la consulta para realizar un tratamiento de fertilidad. Este proceso suele darse en un contexto de altos niveles de ansiedad.

Paradójicamente, el estrés suele afectar el resultado de los tratamientos en proporciones variables. Según la Amercian Society for Reproductive Medicine  se calcula que hay una disminución en la ovulación de un 20% asociada a altos niveles de estrés y ansiedad y un 20% + de probabilidades de sufrir un aborto.

El 65% de las parejas que abandonan los tratamientos de fertilización asistida, antes de lograr el embarazo, refieren cansancio psicológico.

Hay predominio de la ansiedad, pero también depresión, desesperanza, culpabilidad o baja autoestima y en muchas casos aparece casi una fobia a todo lo relacionado con la gestación, la maternidad, etc.

Entre el 3% y el 5% de la población general, presenta algún tipo de síntoma psicopatológico, por lo que el riesgo de que aparezcan problemas psíquicos, en los procesos de reproducción asistida es alto.

El proceso de aceptación del diagnóstico y la reducción del estrés y la ansiedad asociados requiere apoyo psicológico individual y de pareja.

El objetivo es aprender a manejar el estrés y explorar las propias creencias asociadas a la infertilidad, el miedo a los tratamientos, el impacto en la sexualidad de la pareja, el estigma social, etc..

Suele también ser de utilidad, la participación en redes sociales, la información sobre la diversidad de tratamientos disponibles y otras alternativas como por ejemplo la adopción.-

5 definiciones del psicologo de salud

Psicología De La Salud - Definición, Subcampos, Aplicación, Teoría Y Más

1)Es un psicólogo que orienta a las personas para “convivir” con sus problemas de salud, sobre todo aquellos crónicos.

2) Es un psicólogo que entiende las dificultades existentes en el  cambio hacia hábitos saludables y practica  la educación y promoción de la salud para el logro de objetivos de bienestar (Palmer, Stubbs & Wybrow)

3) Es un psicólogo que trabaja con otros profesionales de la salud para conocer las creencias y las actitudes que influyen en la forma en que las personas entienden la salud y la enfermedad.

4)Es un psicólogo que trabaja  sobre los objetivos, la identificación de obstáculos y  los sistemas de soporte personal para lograr en el paciente mayor adherencia al tratamiento y a los cambios en el estilo de vida que facilitan el control de la enfermedad.

5) Es  un psicólogo que favorece alianzas responsables para lograr el mayor estado de bienestar posible en las circunstancias que la enfermedad instala tomando siempre en cuenta las directivas del equipo de salud: médicos, fisioterapeutas, etc.

La psicología de la salud intenta reemplazar el viejo modelo médico del “haz lo que yo te digo”  para centrarse más en el empoderamiento del paciente como agente de salud, entendiendo sus miedos, sus resistencias y fomentando su motivación a través del descubrimiento de sus zonas fuertes internas.

Significa reforzar la idea de que no hay enfermedades sino enfermos rescatando lo individual de la historia personal para entender:

¿Qué significa esta enfermedad?

¿En qué momento de mi vida aparece?

¿Con qué cuento para mejorar?

¿Qué cambios tengo que hacer?

¿Cuando los haré?

¿Con quién los haré?

¿Por qué no puedo hacerlos?

¿Qué necesito para hacerlos?

¿Qué me falta?

La psicología de la salud se diferencia de la tradicional “educación para la salud” en la que las “pautas saludables” se entregan en forma de intructivos, libros, CD, charlas,  en una relación unidireccional basada  en que el profesional de la salud” sabe” y el enfermo desde luego que no, por lo que la info se imparte sobre la idea de que la persona “haga lo que tiene que hacer”.

El psicólogo de salud por el contrario guía al paciente para que aborde sus creencias, sus forma de reaccionar frente a la salud o la enfermedad, explore sus posibilidades frente al hecho consumado de la enfermedad crónica y sea un elemento activo en mejorar su calidad de vida. La relación ya no es unidireccional sino circular: medico/psicólogo- paciente.

Qué es la Psicología de la Salud? - Te Queremos Escuchar psicólogos en  línea | TQE

Referencias:

Palmer, Stubbs & Wybrows: (2003) Health coaching to facilities healthy behaviors , en International Journal of health promotion and evaluation.41(3) 91-93

Cómo controlar la ansiedad en 4 pasos

Podemos definir a la ansiedad como esa preocupación excesiva y persistente acerca de situaciones, vivencias, cuestiones de la vida diaria que no se corresponde con la realidad de lo que pasa. Es además ese estado de alerta, esa sensación de pérdida de control que se acompaña de cansancio, tensión muscular y hasta palpitaciones, contracturas, sequedad en la boca, respiración entrecortada o incluso diarrea. Una experiencia de «estar al borde», de no poder concentrarnos, tener dificultades para dormir o vivir en un estado crónico de irritabilidad.

Peter Breggin (1) en su libro «Culpa, vergûenza y ansiedad» elabora una lista de conductas que pueden indicar que estás ansioso/a en algún grado:

Sentirte nervioso

Estar alerta

Evitar espacios o situaciones que no conoces

Evitar exponerte a algún riesgo

Sentir que no puedes controlar ni tu tiempo ni tu espacio

Expectativa negativa sobre lo que va a pasar

Perder el ritmo de trabajo o estudio

Sentir que tienes «mala suerte» siempre

Miedo a estar solo o que te dejen si estás en una relación afectiva

Sentir que solo están pasando cosas malas y todas al mismo tiempo

Sentir miedo sin razón aparente

Buscar seguridades de todo tipo

Instalar rituales o tener pensamientos obsesivos

Encontrar atajos para «resolver» tus problemas,

Pensar que los demás solucionan sus cuestiones siempre bien y fácilmente…..todos! menos tu

¿Te reconoces en estos síntomas? Cuando nuestra vida transcurre en un estado de ansiedad constante e incluso de tristeza adoptada, termina afectando todo nuestro universo personal, nos cuesta hacer foco en nuestros objetivos personales y sentimos que perdemos el control. Sentirse solo e irritable pasa a ser lo habitual. Dejar de abordar situaciones que realmente necesitan nuestra atención genera conductas de evitación desde un lugar de miedo y falta de motivación, apatía o franca depresión. Es evidente que nada de esto es saludable.

En qué se diferencian el estrés y la ansiedad

¿Cómo resolverlo?

  1. Echa una mirada a tus pensamientos : Una de las principales razones por la que solemos estancarnos en patrones de depresión y ansiedad, aunque no la única, es la manera en que pensamos. A lo mejor te has considerado siempre alguien pesimista o con mala suerte porque alguna vez, allá lejos y hace tiempo…. cometiste un error, y desde ese momento decidiste que que no sabías o no podías…. casi nada!. O quizás sueles creer que los demás están en contra tuyo, te juzgan siempre mal y eso sin tener idea de cómo piensan en realidad. Una vez que comienzas a identificar estas creencias y aprendes a hacer los ajustes necesarios para cambiarlas, entendiendo el proceso que te hizo llegar a ese punto, el cambio comienza. No es magia, es aprender a ver tu vida como una película con sentido y no como una sucesión de fotos estáticas siempre fuera de foco.
  2. Ensaya técnicas de relajación y respiración: A veces, la depresión y la ansiedad se tornan tan intensas que se siente en el cuerpo. Puedes sentir tensión en el cuerpo y los hombros, dolor de estomago o palpitaciones. Estos síntomas fisiológicos pueden ser suficientes para hacerte creer que tienes alguna enfermedad y entonces consultas al médico y solo logras estar todavía más ansioso por si «además»! estas enfermo. Es un circulo vicioso. Una forma de controlar estos síntomas es ensayar técnicas de relajación y respiración, meditación o mindfulness. (3) Estas técnicas no solo te harán sentir más relajado sino también vas a ser más consciente de tus síntomas.
  3. Practica la asertividad en tus relaciones personales y laborales: A veces la depresión y la ansiedad son el resultado de nuestra dificultad en comunicarnos con otros. Puede que no nos sintamos cómodos cuando alguien está molesto, como si nosotros fuéramos siempre los responsables, o quizás estamos instalados en un enojo o resentimiento crónico pero tenemos miedo de decir lo que pensamos por miedo a la reacción de nuestro interlocutor. Ser auténtico y directo puede ayudar en estas situaciones.(4) Aprender a ser asertivo y a comunicar en forma efectiva sin caer en la trampa de los discursos pasivo agresivos es un canal para lograr sanear las relaciones y aumentar nuestra calidad al conectar con otros.
  4. Incorpora como hábito el ejercicio físico: A estas alturas es casi un lugar común hablar de la evidencia de la eficacia del ejercicio aeróbico diario (2) tanto en personas con niveles de ansiedad clínicamente elevados como en otros casos más benignos. Los estudios indican que los ejercicios de alta intensidad ( HIIT, remo, correr, nadar, sky, ciclismo) podrían ser más beneficiosos aunque se impone la necesidad del diseño personal de rutinas en función de las características de cada persona, su salud, su historia de actividad, el resto de sus hábitos. Lo que ya no se discute es que la práctica aeróbica ayuda a reducir el nivel de la «ansiedad estado» ( respuesta ansiosa a un estímulo puntual) y -sobre todo- de la «ansiedad rasgo» (ansiedad como respuesta habitual, con elevado nivel de alerta y factores predisponentes tanto en o biológico como en la personalidad). Practicar ejercicios de intensidad moderada 3 veces a la semana durante 30/40 minutos pueden reducir los niveles generales de ansiedad. Para que sea efectivo no tiene que ser una excepción sino que es necesario incorporarlo a la vida cotidiana ( caminar siempre que se pueda, subir escaleras, levantar peso, ir al gym un par de veces por semana o practicar algún deporte en forma grupal (tenis, voley, basket).

Finalmente: Hay muchas formas de hacer frente a los síntomas de ansiedad y depresión. Examinar la forma en que pienss, comunicar de una forma asertiva, cuidar de tí mismo a través de hábitos saludables, pueden, de verdad, marcar una diferencia en tu vida acerca de cómo te sientes y cómo te percibes a tí mismo. Aprender más sobre cómo reaccionas, la autoobservación, el autocuidado y el respeto por tus señales de malestar, te permitirá vivir la vida que quieres.

No tienes por qué hacerlo solo. Busca ayuda profesional para desarrollar habilidades sociales, reconducir tu proyecto personal y reducir tus síntomas. No es mágia, es trabajo.

Es posible sentirse mejor, requiere tiempo y esfuerzo …..pero el resultado lo vale. Suerte!

depresion ansiedad y ejercicio fisico Archivos - Tecnología y Salud

Referencias:

(1) Breggin, Peter : Guilt, Shame, and Anxiety: Understanding and Overcoming Negative Emotions (2014) Prometeus, ISBN 978-1616141493

(2) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6048763/

(3) https://www.redalyc.org/pdf/2332/233245623005.pdf

(4) https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/tecnicas-para-conductas-asertivas.html

Meditación mindfulness para trastornos de ansiedad y pánico

Las personas afectadas por trastornos de ansiedad suelen sentirse preocupadas, tienen pensamientos negativos y preocupaciones muchas veces indefinidas.

Dentro del abordaje terapéutico para superar estos estados se incluyen las técnicas de relajación. Se trata de prácticas que es posible aprender solo o con la guía de un profesional. Estas actividades tienen como objetivo colaborar en el proceso de aquietar los pensamientos, reducir el estrés y abrirse a una relajación profunda.

Las técnicas de relajación más comunes, incluyen la respiración profunda (1), yoga, visualización, masajes relajación muscular progresiva (PMR (3). La meditación mindfulness, es otra técnica de relajación muy útil para reducir la ansiedad y el estrés.

¿Qué es la meditación mindfulness?

Mindfulness es una técnica de relajación que permite traer tu conciencia al presente. Durante ésta practica, la persona que medita permite a sus pensamientos fluir sin ser detenidos ni juzgados. Por ejemplo: pensamientos desagradables relacionados con miedos, juicios, culpa o preocupaciones pueden aparecer y pasar, seguir su curso sin ser detenidos.

Este tipo de meditación se basa en la idea de que la tendencia a bloquear o ignorar estos pensamientos y sentimientos asociados, creyendo que así desapareceran, es errónea. En mindfulness se propone enfrentarlos sin reaccionar.(2)

Al dejar que estos pensamientos fluyan, se logra desarrollar nuevas respuestas al miedo y la ansiedad. Con el tiempo y el entrenamiento se avanza hacia un estado de mayor armonía emocional, claridad y paz.

¿Cómo empezar?

Puedes comenzar a meditar en cualquier momento del día, hay quienes prefieren hacerlo por la mañana para reducir la «ansiedad matinal» y otros por la noche para ayudar a un mejor descanso. Comienza por 5 a 10 minutos y trata de avanzar hasta 20 minutos en la medida que te sientas cómodo con la práctica:

  1. Sientate en una posición cómoda
  2. Cierra los ojos y comienza con un ejercicio de respiración
  3. Luego, simplemente observa tus pensamientos, permiteles pasar por tu mente mientras te fijas solo en tu respiración
  4. La actitud será la de NO juzgar, no valorar esos pensamientos, quédate en el momento presente siempre registrando tu voz interior
  5. Cuando sientas que has cumplido el tiempo, respira corto un par de veces y abre los ojos

La meditación mindfulness suena como algo muy simple, sin embargo puede resultar díficil al comienzo. La motivación y la claridad en el ¿Para qué? entrenarte en este estilo de meditación te servirán para continuar practicando.

Experto internacional en Mindfulness visita Chile para hablar sobre esta  práctica en la educación y nuestra cultura - El Mostrador

¿Para que meditar si tienes ansiedad o ataques de pánico?

La meditación no trata de hacer que tu mente deje de pensar porque sería imposible. Tu mente genera pensamientos incuso cuando duermes. Lo que la meditación intenta hacer es no alimentarlos. Desarrollar la habilidad de «dejar ir» pensamientos, sentimientos e ideas, permite no anclar en «rulos» obsesivos, ideas fijas, miedos al miedo, pensamientos catastrofistas, etc.

La relajación muscular, la respiración pautada, y la meditación son herramientas para la reducción del estrés que en su expresión máxima genera respuestas fisiológicas como mareos, vértigos, parestesias, taquicardia, leídas como «ataque de pánico»,

La investigación con diferentes grupos, de distintas edades, género y procedencia ha demostrado lo poderosa que puede ser ésta práctica. Un estudio de 2018 (4) demostró la efectividad en el control del éstres y la ansiedad en enfermeros que practicaban técnicas de meditación mindfulness

Similares resultados se encontraron en adolescentes de USA diagnosticado con ansiedad (5).

Recuerda : la meta no es DEJAR DE PENSAR sino DEJAR DE AFERRARSE A LOS PENSAMIENTOS.

No se trata de estar inactivo, algunas practicas dentro de la Meditación Zen por ejemplo, cuya meta es regular la atención mediante «pensar en NO pensar» y aceptar todo lo que existe y sucede tal como es.

El mindfulness, en cambio, apunta a que la meditación te ayude a ELEGIR tus acciones más sabiamente, asegurando que tus elecciones llegan desde lugares de pensamiento racional y no simplemente de reacciones emocionales e impulsivas.

Las personas afectadas por trastorno de ansiedad suelen presentar: Inquietud o sensación de estar atrapado o a punto de explotar, sensación permanente de fatiga. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco. Irritabilidad, tensión muscular, dificultades en conseguir un sueño reparador el sueño.

Teniendo en cuenta estos síntomas, la psicoterapia de la ansiedad que incluye mindfulness se basan en tres objetivos (6) :

  1. expandir la conciencia del paciente sobre sus experiencias (observar las respuestas emocionales, observar cuando aparecen, ser más consciente de las conductas de evitación) ,
  2. lograr un cambio en de actitud (pasar del juicio y control a un estilo no enjuiciador y más compasivo
  3. mejorar la calidad de vida con una mayor flexibilidad cognitiva y una revisión de las creencias y valores.

Un mito relacionado con la práctica de la meditación mindfulness es que debe conducir a un estado de dicha y felicidad permanente. Y esto puede suceder….. o puede que no. Cualquiera sea el estado de ánimo al que conduzca será el correcto. Hay muchos momentos, etapas en la vida, en la que la búsqueda de la «felicidad» no está sobre la mesa, y eso no es una falla.

¿ La meditación sustituye a la psicoterapia?

No. La meditación es una herramienta que favorece el autoconocimiento, el bienestar personal y la eutimia pero no sustituye el proceso de entendimiento de los temas profundos que generan conflicto en nuestro aquí y ahora.

La meditación puede hacer que seas una persona emocionalmente más sana, pero no va a establecer cambios duraderos en tu historia, es un excelente complemento en tanto te permite sentarte a meditar con los pensamientos, sentimientos e interrogantes planteados en terapia, para integrarlos y lograr resultados.

Ahora que ya sabes más, puedes probarla, aquí te dejo un enlace para acompañarte en el inicio de ésta practica, Suerte!

Fuente:

https://www.verywellmind.com/mindfulness-meditation-for-panic-disorder-2584082

Libro : Mindfulness, fundamentos y aplicaciones. Burgos Julian & otros. Ediciones Paraninfo, S.A., 6 sep. 2018 –

Referencias:

  1. Hofmann SG, Sawyer AT, Witt AA, Oh D. The effect of mindfulness-based therapy on anxiety and depression: A meta-analytic reviewJ Consult Clin Psychol. 2010;78(2):169-83. doi:10.1037/a0018555
  2. Hayes-skelton SA, Roemer L, Orsillo SM, Borkovec TD. A contemporary view of applied relaxation for generalized anxiety disorderCogn Behav Ther. 2013;42(4):292-302. doi:10.1080/16506073.2013.777106
  3. Y, Wang R, Tang J, et al. Progressive muscle relaxation improves anxiety and depression of pulmonary arterial hypertension patientsEvid Based Complement Alternat Med. 2015;2015:792895. doi:10.1155/2015/792895
  4. https://www.researchgate.net/publication/323988057_The_effectiveness_of_mindfulness_meditation_for_nurses_and_nursing_students_An_integrated_literature_review DOI:10.1016/j.nedt.2018.03.018

5. Mindfulness-based Intervention in Elementary School Students With Anxiety and Depression: A Series of n-of-1 Trials on Effects and Feasibility. Catherine Malboeuf-Hurtubise, PhD1,2, Eric Lacourse, PhD3. Catherine Herba, PhD4,5,6, Genevie`ve Taylor, PhD2,4, and Leila Ben Amor, MD, MSc3,5 Journal of Evidence-Based Complementary & Alternative Medicine 2017, Vol. 22(4) 856-869
DOI: 10.1177/2156587217726682

6. Miró, M. T., & Simón, V. (2012). Mindfulness en la práctica clínica. Editorial
Desclée de Brouwer.






Drunkorexia ¿Qué es y por qué es tan peligrosa?

Cuando un desorden en el consumo de alcohol se combina con alteraciones en la alimentación el resultado no puede ser otro que un desastre, sería algo así como proponerse ganar el «premio mayor» de los trastornos psicológicos.

Es el caso de la drunkorexia o ebriorexia , un trastorno en el que se trata de reemplazar comidas por alcohol. Así de simple, así de peligroso.

Si bien no es un término clínicamente aceptado, desde hace ya casi 10 años, refiere a cualquier conducta en la que se salteen comidas, se haga ejercicio físico en forma excesiva o se instalen conductas de purga (vómitos. laxantes, etc) como una forma de compensar las calorías de la ingesta excesiva de alcohol.

Ebriorexia, la enfermedad de delgadez que daña tu cuerpo

El manual estadístico de los trastornos mentales DSM-V no la reconoce aún como un trastorno alimentario per se, aunque es ampliamente reconocido en la práctica de los profesionales de salud y tomado como un desafío en cuanto a las intervenciones terapéuticas.

La drunkorexia se ha convertido en una tendencia popular entre los adultos jóvenes de la mano del «analfabetismo» alcohólico, esa ignorancia sistematizada de la que hacen gala adolescentes y no tanto en lo que a consumo indiscriminado y desmedido de alcohol se refiere. Comer menos para beber más se transforma así en un efecto colateral de la idea de que para socializar y divertirnos hemos de emborracharnos pero, eso sí….. sin perder la figura.

Y es que es un trastorno más habitual en mujeres de 17 a 24 años. Varios estudios (1) han concluido que el 30% de las mujeres menores de 25 años y habituadas a consumir alcohol en exceso, acostumbran además saltarse comidas, creyendo que así podrán beber más…..sin engordar!

Demás está decir que beber con el estomago vacío no solo aumenta el nivel de alcohol en sangre con efectos metabólicos importantes sino que potencia todo tipo de conductas peligrosas asociadas a las borracheras, conducción temeraria, desinhibición, respuestas violentas, etc.

La drunkorexia con su aporte de calorías vacías puede llevar a la deshidratación, agotamiento, e innumerables problemas de salud mental.

¿Es la drunkorexia un trastorno alimentario, un trastorno de abuso de sustancias o ambos?, (2). Será necesario analizar cada historia individual, cada narrativa personal para contestar a ésta pregunta.

Hay dos variables que es necesario investigar a la hora de ofrecer una solución terapéutica : la autoestima en relación a la imagen corporal y la estrategia de «búsqueda de sensaciones» como forma de controlar la ansiedad . Algunas investigaciones preliminares (4) sobre esta asociación sugieren que prevalece la búsqueda de sensaciones, con lo cual, deberíamos tratar estos síntomas como similares a aquellos ligados a abuso de sustancias ( alcoholismo y drogadicción). Pero la clínica nos señala que este abordaje es incompleto.

Un estudio realizado en la Universidad del Sur (Australia) (3), detectó una alta prevalencia entre estudiantes universitarias. Se examinaron los hábitos de consumo de alcohol de 479 estudiantes universitarias y se preguntó acerca de sus creencias respecto a la imagen corporal, el autocontrol, la integración grupal y la satisfacción emocional con la propia vida.

La investigación de realizó en dos etapas. La primera midió la presencia de conductas compensatorias y restrictivas en relación al consumo de alcohol, y la segunda, indagó en indicadores de desadaptación (patrones de pensamiento) de las participantes.

En el análisis de los datos 82,7 % de las estudiantes universitarias encuestadas referían haber tenido conductas drunkoréxicas en los tres meses anteriores, y más del 28 % decía estar habituadas a saltarse comidas regularmente y consumir bebidas alcohólicas bajas en calorías o sin azúcar, purgarse o hacer ejercicio después de beber para ayudar a reducir las calorías ingeridas por el alcohol.

Estos resultados son alarmantes en cuanto a lo complicado de «normalizar» estos hábitos y suponer que no esconden ningún riesgo. Y no es así. Estas conductas pueden escalar y empeorar; es posible marcar tres etapas en el desarrollo de la gravedad de un trastorno por drunkorexia:

  1. Consumo de alcohol contando las calorías para reemplazar la comida
  2. Combinación del alcohol con otras sustancias (por ejemplo cocaína o anfetaminas) para aumentar la saciedad y seguir tomando en lugar de comer
  3. Atracones de comida con o sin conductas de purga secundarios a la borrachera

En definitiva, se trata de un trastorno mixto : Anorexia + alcohol.

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En cuanto a las causas, se trata, como siempre, de etiologías complejas y pluricausales . Es necesario analizar :

Historia previa y predisposición genética + estructura de personalidad + situaciones desencadenantes/ambiente

Si te ha pasado que has reducido la cantidad de alimentos antes o después de consumir alcohol en exceso, presta atención a ésta serie de hábitos, pensamientos y conductas. Si los detectas en tu día a día, pide ayuda terapéutica:

  1. Preocuparse excesivamente acerca del peso y la imagen corporal
  2. Vomitar después de comer
  3. Empezar a tomar alcohol un par de horas antes de cualquier salida con amigos o en grupo y dejar de comer o saltarse comidas
  4. Perder la noción de la cantidad de alcohol consumido y sufrir de amnesia respecto a situaciones vividas en estado de ebriedad
  5. Pérdida de peso
  6. Insomnio
  7. Taquicardia
  8. Problemas de memoria y concentración
  9. Usar diuréticos o laxantes después o antes de una borrachera
  10. Baja autoestima
  11. Necesidad de ser aceptado
  12. Miedo a la pérdida de control

Puede ser que comiences con un inocente » voy a comer menos esta noche porque sé que voy a beber mucho y no quiero engordar», con la creencia típica de que no pasa nada, pero esta conducta seguramente es la alarma que te señala que ya se está instalando un trastorno alimentario o de abuso de sustancias o ambos….sin importar el número de likes de tu Instagram!.

Y es que, para complicar más el tema, la generalización del uso de las redes sociales tiene un impacto directo en los hábitos de consumo . ¿Qué imagen proyectan los influencers acerca del consumo de alcohol?

Los resultados de algunos estudios (5) evidencian que un 63,5%  de influencers publican contenidos relacionados de alguna forma, directa o indirectamente con el alcohol. La mayoría se muestran en contextos sociales, grupos, etc y siempre con connotaciones positivas.

En los casos en los que claramente se publicitan una marca de bebidas, muy pocos advierten de los riesgos con mensajes tipo #no18no alcohol, más bien abundan los #party #alcohol, #fiesta, #amigos, #friends, #instagood, #enjoy.

Curiosamente, las publicaciones no etiquetadas como publicidad suelen tener más aprobación entre sus seguidores que aquellas que sí lo estan. Todo un dato!

La "drunkorexia" está en aumento en el Reino Unido, pero ¿qué es? |  Newsweek México

Referencias:

(1) Lupi, M., Martinotti, G. & Di Giannantonio, M. Drunkorexia: an emerging trend in young adults. Eat Weight Disord 22, 619–622 (2017). https://doi.org/10.1007/s40519-017-0429-2

(2)Tyler K. Hunt, Kelsie T. Forbush,
Is “drunkorexia” an eating disorder, substance use disorder, or both?,
Eating Behaviors,Volume 22,2016,Pages 40-45,
ISSN 1471-0153,
https://doi.org/10.1016/j.eatbeh.2016.03.034.
(https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1471015316300460)

(3) Drunkorexia: An investigation of symptomatology and early maladaptive schemas within a female, young adult Australian population. Australian Psychologist, 2020. https://doi.org/10.1111/ap.12462

(4) Hill, E.M., Lego, J.E. Examining the role of body esteem and sensation seeking in drunkorexia behaviors. Eat Weight Disord 25, 1507–1513 (2020). https://doi.org/10.1007/s40519-019-00784-8

(5)Hanneke Hendriks, Danii Wilmsen, Wim van Dalen and Winifred A. Gebhardt Front. Psychol., 22 January 2020 | https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.02991

Para saber más:

Rodriguez Puerta, Alejandro. (29 de septiembre de 2019). Ebriorexia: síntomas, causas, consecuencias, tratamientos. Lifeder. Recuperado de https://www.lifeder.com/ebriorexia/.

“Ebriorexia: síntomas, causas y tratamiento” en: Psicología y Mente. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Psicología y Mente: psicologiaymente.com.

¿Qué es la alcohorexia o ebriorexia?” en: Muy Interesante. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Muy Interesante: muyinteresante.com.