Eric Madfis, profesor asociado de Justicia Criminal de la Universidad de Washington, Tacoma (USA) comenta que existe una tendencia en los medios de comunicación a representar a los ataques con armas en escuelas como azarosos y sin motivo, cuando no es así.
En cambio, argumenta en su investigación En busca de sentido: ¿son los ataques a escuelas aleatorios e irracionales?» que existen patrones claros en este fenómeno.
Su revisión de las evidencias descubre que los atacantes manifiestan sus planes por lo menos dos días antes de llevarlos a cabo. El análisis de Madfis, recientemente publicado en el Journal of Psychology, encuentra que muchos de los tiradores desarrollan sus esquemas de ataque durante semanas o incluso meses antes de su ejecución. Por ejemplo, los asaltantes de Columbine, Eric Harris y Dyland Klebold, invirtieron más de un año organizando su ataque.
El análisis de Madfis sobre casos de ataques fallidos también encuentra una planificación extensa, incluyendo «lista de objetivos» e incluso registros de «no matar», notas suicidas, mapas de las escuelas,con técnicas de ataque dibujadas en ellos, búsquedas en webs sobre otras masacres, etc.
Estas estrategias incluyen detalles sobre quién debería ser salvado del ataque y planes meticulosos sobre el orden de los acontecimientos en el día elegido. Desestima la descripción popular de los tiroteos masivos como el resultado de alguien que aparece de la nada y dispara sobre la marcha. La planificación denota que los ataques obedecen a un propósito y que siempre caen en patrones repetidos, incluidos la venganza y la necesidad de mostrarse como «macho poderoso», siempre con antecedentes de una larga historia de rechazo en las relaciones interpersonales.
En el caso del atacante de la escuela de Florida Nicholas Cruz, parecería a primera vista que no encaja en el patrón de los atacantes de escuelas: con 19 años había abandonado la escuela; estaba concurriendo a una escuela de adultos y aparentemente tenía un trabajo en una tienda de «todo a cien».
El estudio titulado «Inseguridad económica y aumento de la violencia con armas en las escuelas de US» analiza los tiroteos entre 1990 y 2013 y el aumento de este tipo de episodios desde el 2007 al 2013.
La investigación, publicada en el Journal of Nature Human Behaviour, encontró que los períodos de aumento de las tasas de tiroteos se correlacionaban significativamente con el aumento de las tasas de desempleo.
Para algunos chicos particularmente inseguros, la alteración del reemplazo de la relativa seguridad de la escuela por el amenazador y desconocido mundo del desempleo en medio de la caída en picado de la economía posiblemente sea demasiado.
Se ha reportado que Nikolas Cruz fué adoptado, pero que ambos padres adoptivos murieron, su madre adoptiva poco tiempo antes del tiroteo. En esas circunstancias, quizás su última escuela representaba una suerte de familia suplente particularmente dura de perder.
Desde 2007, muchos tiroteos podrían haber ocurrido en escuelas secundarias entre otras razones, quizás porque ya no serían más garantía de empleabilidad. Un quiebre en la transición escuela-trabajo ahora estaría afectando a jóvenes cuya tasa de graduación ha sido históricamente más alta.
Los autores del estudio, un equipo de académicos de la Universidad de Northwestern, liderados por Adam Robert Pah y Luis Amaral, concluyen que la mayor incertidumbre en la transición escuela-trabajo contribuye a la posibilidad de más episodios de tiroteos en las escuelas.
Eric Madfis apunta que los asesinatos colectivos son la única forma de homicidio en U.S. que es cometido en forma preponderante por personas de raza blanca no hispana. Esto no es absoluto, el tirador del Colegio de la Comunidad Umpqua en Oregon, era mestizo; el asesino de Red Lake Senior High School era nativo americano, y el tirador de Tasso da Silveira Municipal School era brasileño.
Pero, aún con estos casos, la mayoría de las masacres fueron protagonizadas por asesinos de raza blanca. También señaló que las masacres en escuelas revelan un patrón claro en términos del tipo de comunidades y escuelas que se ven afectadas con más frecuencia. Mientras la mayoría de los ataques con armas, generalmente ocurre en zonas urbanas, el vandalismo se da en escuelas suburbanas o rurales, con menos diversidad social y políticamente conservadoras.
El vandalismo a nivel internacional también sigue estos patrones, ocurren en pueblos pequeños o comunidades cerradas.
La humillación y la presión por cumplir con los standares parece ser algo más dificil de manejar en lugares pequeños, especialmente si el ataque sucede cuando el cuerpo docente o el alumnado es intolerante con las diferencias o cuanto cuestiones de acoso o marginalización no son abordados por la cultura escolar.
Otro patrón bastante frecuente, refiere al entorno educacional de tolerancia cero, que puede desalentar a los estudiantes, respecto a buscar adultos en quienes confiar cuando escuchan información crucial que pudiera impedir amenazas de violencia.
Este último punto de la cultura escolar, abre las puertas hacia cambios que podría representar mejores alternativas de prevención de futuras tragedias, habida cuenta de que los que mejor conocen a los estudiantes son sus propios compañeros. Las mejores fuentes de inteligencia para detectar a futuros perpetradores no son los maestros o los padres , ¿Cómo educar a los estudiantes para que sean capaz de detectar e informar sobre posibles riesgos?
De la misma forma en que se considera que en los ataques terroristas existen falla de inteligencia, ¿Es posible aplicar esta idea a los tiroteos en escuelas?
Para entender mejor los posibles quiebres e personalidades vulnerables, es imprescindible una relación más estrecha entre autoridades y estudiantes. En el caso de Nikolas Cruz, fué descrito ahora como solitario y «raro», expulsado por razones disciplinarias ahora sus compañeros refieren que si alguien podía cometer semejante acto, sería él.»
El estudio » Solo y a la deriva: la asociación entre los tiroteos en escuelas, el tamaño del establecimiento y el apoyo a los estudiantes», investiga 22 incidentes masivos entre Enero 1995 y Junio 2014. Algunos de sus hallazgos:
/ Las escuelas más grandes, con más alumnos son predictores de mayor posibilidad de ataques con armas
/ La mayoría de los atacantes son alumnos que provienen de escuelas mas chicas
/Los modelos predictivos de ataques con armas deberían considerar: el tamaño de la escuela, el apoyo a los estudiantes y sus transiciones o cambios previos.
En la investigación publicada en The Social Science Journal, los autores, Abigail Baird, Emma Roellke y Debra Zeifman, psicólogos de Vassar College, concluyen que la transicion desde una escuela pequeña con más redes de contención a una más gande, más anónima, puede exacerbar dificultades psicológicas pre-existentes entre potenciales agresores.
Eric Madfis argumenta que la enorme atención mediática que estos hechos tienen, inevitablemente genera una distorsión en la percepción publica de la verdadera razón de estos eventos. Cita estadísticas en las que las escuelas siguen siendo los lugares más seguros para la juventud en USA. Señala que el riesgo de homicidio entre adolescentes en edad escolar es unas 226 veces mayor fuera que dentro de la escuela, mientras que solo 1 entre 2 millones de jóvenes muere por homicidio o suicidio dentro de las escuelas, cada año. Por otra parte, las posibilidades de una escuela de sufrir ataques de parte de un estudiante de esa misma escuela es de 1 en 6.000 cada año.
Sin embargo, la cobertura mediática de estos hechos puede sin querer, transformarse en una trampa psicológica, en un ciclo en el parecería que los atentados con armas son más frecuentes de lo que lo serían en realidad. Estos eventos, si bien raros son devastadores y muchas veces son usados para justificar mayores medidas punitivas y disciplinarias, incluyendo la tolerancia cero en políticas de suspensión y expulsión.
Esto puede estar conduciendo a abrir una brecha entre las autoridades y la comunidad de estudiantes, en los estos son vigilados y castigados más a menudo, con consecuencias adversas al establecimiento de relaciones de confianza, imprescindibles para fundar respuestas inteligentes en la prevención de futuros ataques. La realidad es que esta brecha generacional ha puesto a los adultos en lugares de autoridad en posición de luchar por una mejor comprensión de la cultura y sub-cultura de los adolescentes, con enormes errores de interpretación como resultado final.
Fuente
https://www.psychologytoday.com/blog/slightly-blighty/201802/clues-the-mind-the-florida-school-shooter
Traducción y edición
Raquel Ferrari