Fertilización asistida y depresión en la pareja

Se calcula que una de cada siete parejas en el mundo occidental tendrán problemas para concebir. La ansiedad, el estrés y la depresión suele aparecer inmediatamente después del conocimiento del diagnóstico, impactando fuertemente en la comunicación de la pareja. Como siempre, no es posible generalizar, no obstante, sí es evidente que la que más sufre suele ser la mujer.

En este dato influye la visión cultural de género asociada a la mujer como «dadora de vida», la historia individual, la historia de pareja y el hecho de que es la mujer quien constata mes tras mes que no ha quedado embrarazada.

Lo que sigue después del diagnóstico es una dinámica que pasa por la etapas de cualquier duelo: negación, ira, negociación, depresión, aceptación….y que puede desembocar en la consulta para realizar un tratamiento de fertilidad. Este proceso suele darse en un contexto de altos niveles de ansiedad.

Paradójicamente, el estrés suele afectar el resultado de los tratamientos en proporciones variables. Según la Amercian Society for Reproductive Medicine  se calcula que hay una disminución en la ovulación de un 20% asociada a altos niveles de estrés y ansiedad y un 20% + de probabilidades de sufrir un aborto.

El 65% de las parejas que abandonan los tratamientos de fertilización asistida, antes de lograr el embarazo, refieren cansancio psicológico.

Hay predominio de la ansiedad, pero también depresión, desesperanza, culpabilidad o baja autoestima y en muchas casos aparece casi una fobia a todo lo relacionado con la gestación, la maternidad, etc.

Entre el 3% y el 5% de la población general, presenta algún tipo de síntoma psicopatológico, por lo que el riesgo de que aparezcan problemas psíquicos, en los procesos de reproducción asistida es alto.

El proceso de aceptación del diagnóstico y la reducción del estrés y la ansiedad asociados requiere apoyo psicológico individual y de pareja.

El objetivo es aprender a manejar el estrés y explorar las propias creencias asociadas a la infertilidad, el miedo a los tratamientos, el impacto en la sexualidad de la pareja, el estigma social, etc..

Suele también ser de utilidad, la participación en redes sociales, la información sobre la diversidad de tratamientos disponibles y otras alternativas como por ejemplo la adopción.-

Estrés en fertilización asistida

Los tratamientos para la fertilidad tienen un fuerte impacto emocional en las mujeres que buscan quedar embarazadas por medio de estas técnicas.

Un estudio realizado en los países de Europa con mayor número de ciclos de reproducción asistida ha identificado qué aspectos del tratamiento contribuyen a generar stress psicológico. En el  estudio publicado en el «Human Reproduction Journal», sobre pacientes de Francia, Alemania, Italia & España se concluye que «La infertilidad causa una serie de emociones que impactan negativamente en varios aspectos de la vida de la mujer»-explica Juan García Velasco, profesor de obstetricia y ginecología en la Universidad rey Juan Carlos I de Madrid- y agrega  «está asociada a depresión, ansiedad, enojo y baja autoestima».-

El estudio no solo analiza el impacto emocional de la infertilidad en la mujer, sino que también identifica aquellos aspectos de la estimulación ovárica que contribuyen a aumentar el estrés.

445 mujeres de 18 a 44 años con dificultades para concebir tomaron parte en el estudio, algunas nunca habían pasado por tratamientos de reproducción asistida  y otras  lo estaban recibiendo en ese momento o lo habían recibido en los últimos dos años.

La tercera parte de las participantes reconoció sentirse preocupada desde el inicio del tratamiento y casi la mitad dijo sentirse «avergonzada» o un «fracaso de mujer».

Se vió que la ansiedad por las inyecciones y el deterioro de sus relaciones de pareja eran la principal causa de estrés. En este sentido, las mujeres que estaban recibiendo el tratamiento en ese momento decían sentirse más cercanas a sus parejas (33%). La mayoría sentía que sus parejas las apoyaban, especialmente en los casos en que ya habían recibido el tratamiento (63%)

Las mujeres que estaban bajo tratamiento dijeron sentirse más ansiosas al tener sexo y más impacientes o frustradas ó vulnerables o exhaustas, mientras que aquellas que no estaban siendo tratadas dijeron sentirse «confusas».

A pesar de ser conscientes de las limitaciones de la edad, 68% nunca pensó que podrían tener un problema para concebir. Según García Velasco «para enfrentar los desafíos físicos y psicológicos del  tratamiento  es necesario establecer un protocolo de una cantidad mínima de inyecciones y una mayor cantidad de información para reducir el estrés e incrementar la satisfacción del paciente»

Los médicos que trabajan en fertilización asistida dan prioridad al estrés que se produce por los intentos fallidos por años  y señalan que habría que «educar» a las mujeres para consultar con el médico si tiene más de 30/35 años.  Desde luego este punto de vista sesga demasiada información referente a los aspectos psicológicos ligados a la maternidad , al tiempo que transforman la concepción en un «acto médico» desprovisto de  sensualidad, emociones y sentimientos. Sin detenernos a considerar que -efectivamente-el proceso mismo es muy estresante como cualquier intervención médica invasiva .

Creemos que mientras no se valore en su justa medida la importancia de la valoración psicológica previa,  la historia de la pareja, la historia de la mujer, el espacio que este hijo ocuparía en su vida, la relación con su cuerpo, la calibración de sus niveles de estrés y depresión asociados a la concepción, se estará generando una respuesta incompleta a una pregunta puede que mal planteada.

El desarrollo de nuevas formas de fertilización es una herramienta valiosa pero que puede devenir en problemática mientras se siga evitando valorar el aspecto intrapsíquico  y relacional. El proceso no termina con el éxito del procedimiento médico.

No es extraño que sea España -un país que tiende a simplificar y protocolizar el «sufrimiento psíquico»- el que mayor desarrollo de estas técnicas tiene de la mano de una legislación quizás excesivamente permisiva.-

Fuente : http://www.medicalnewstoday.com/releases/251116.php

No podemos tener hijos ¿adoptamos?

ninos-henricartier-bresson.jpg

«Niños»: Foto de Cartier-Bresson

«Ann, su madre biológica, la cuidó durante seis semanas en un albergue antes de darla en adopción porque tenía 17 años y todo el miedo del universo. Se conocieron —se encontró de pronto con un hermano y tías bulliciosas—, se cayeron bien. Jeanette reconoció en su madre rasgos propios como la autosuficiencia: “Soy de esas personas que prefiere caminar a esperar el autobús”.

En las últimas páginas de la autobiografía, Winterson narra un desenlace sorprendente. Necesitaba una respuesta, no una madre. “Es difícil”, confiesa, “mantener una relación con alguien con quien no tienes mucho en común y apenas conoces. No creo que nos hagamos íntimas pero hemos asentado algo importante para ambas. La biología es solo una parte pequeña de la historia. Ahora está de moda la ciencia que todo lo hace genético, pero cómo vivimos te forma tanto como quién eres o cuándo naces. La vida no es algo fijado”. En un encuento con Ann, se sorprende detestando que su madre biológica critique a la señora Winterson. “Era un monstruo, pero era mi monstruo”. Y reconoce: “Estoy en paz con ella desde este libro”

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/02/actualidad/1333370789_302584.html

__________________________________________________

Desde la biología se define a la imposibilidad de tener hijos como «infertilidad», desde la psicología intentaremos buscar puntos de coincidencias en estas cuestiones, en principio enfrentadas:

1º) Las dificultades para concebir se pueden entender como  problemas de la pareja, sea cual fuere el miembro que las presenta.-

2) Las dificultades para concebir se ven como un problema del que las padece, despierta sentimientos y sensaciones en el miembro infértil y en el fértil, renuncias, duelos para ambos, pero con características distintas en cada uno de ellos.-

Ahora bien:

En nuestra sociedad, aunque cada vez menos afortunadamente, la responsabilidad por problemas en la concepción suele recaer en la mujer.

En el caso del hombre existe en el imaginario colectivo una asociación entre infertilidad e impotencia que suele agravar la herida narcicísta que se produce tras el diagnóstico; otro imaginario  frecuentemente ligado a la concepción es el de la «sexualidad».

En este contexto,  la adopción  se asienta sobre las expectativas que cada uno de los miembros de la pareja tiene  relativas a la descendencia,  a la demanda de las familias de origen, etc… Este peso familiar incluye todo lo mítico:  lo que se ha dicho o no en el tema de «tener hijos» en cada familia.

Freud nos habla en Totem y Tabú de la ley del padre que adquiere su vigencia en su ausencia, marcando inconscientemente aquello que se transmite, ese actuar desde la ausencia también  ocurre con la novela familiar.

Esa historia sobre  saberes ocultos acerca de otros hijos no reconocidos,  parejas sin hijos, solterías repetidas, familias numerosas, etc..el «Cien años de Soledad» de cada familia….

Desde esta perspectiva, frente a la decisión de adoptar es importante tomar en cuenta el árbol genealógico de cada uno de los miembros de la pareja para desentrañar : lugar del hombre, lugar de la mujer, importancia de la constitución de una pareja, repetición de normas de familia de origen, qué es propio y qué ajeno.

Lo importante es comprender que lugar viene a ocupar éste hijo adoptado, que vínculo se repite.

Otro punto es la ambivalencia: sobrecompensar el polo del «amor» puede a veces ocultar el otro polo  la renuncia» por TU culpa».

Esto es especialmente visible en el caso de infertilidad masculina: «Yo lo quería a él por eso acepté la «esterilidad»…. es muy importante deshacer esa falacia, trabajar el «acá no pasó nada»;   analizar la situación  para que la pareja pueda asumir su decisión de adoptar sin negar los sentimientos hostiles que ésto genera, los cuales no suelen estar conscientes ni presentes en lo que dicen.-

En cada miembro de la pareja se mueven distintos imaginarios:

a) En el caso del miembro que no puede concebir:

– no saber cómo hubiera sido un hijo propio

– no saber si el otro podrá tener hijos con otro partenaire o si lo hará, o si debe permitirlo

– no saber si el otro permanece dentro de la pareja por miedo a herir

– no saber si el otro hubiera consolidado esa relación de haber conocido el problema antes

– Otros » no saberes»

b) En caso del miembro fértil:

No saber si es «justo»renunciar tener un hijo propio por el otro

– No saber como hubiera sido un hijo concebido por sí mismo

– No saber si hubiese elegido a éste partenaire en caso de conocer el problema.

En definitiva: estamos hablando de un DUELO por un proyecto (tener un hijo propio)de cuya correcta resolución depende el futuro de la decisión de adoptar que se transforma en otro proyecto.

En un momento social en que existe tanta «oferta»: tratamientos de fertilización asistida, implantación de ovulos, adopciones de niños de etnias diferentes a las de los padres, tomar en cuenta COMO, CUANDO, POR QUE y PARA QUE se decide adoptar o insistir en tener un hijo, evita que ese SI de la cultura en respuesta al NO de la biología, traiga como consecuencia conflictos de pareja o en relación al niño adoptado, con posterioridad.-

Conclusión: Antes de decidir adoptar o someterse a alguna otra forma de concebir es importante ahondar en las posibles situaciones no resueltas  de cada uno de los miembros de la pareja para discriminar una vez más y como casi siempre lo «urgente» de lo » importante».-

Bibliografía:

Doltó, Francoise: Dialogos en Quebec

Freud S : Totem y Tabú.

Freud S : Introducción al narcicismo

Bowlby J: El vínculo afectivo

Mannoni, M: El niño su enfermedad y los otros