Las mujeres de Picasso y la violencia psicológica

21novembre2014(1)

Dora Maar fué, sin lugar a dudas, la más inteligente y contradictoria de todas las mujeres de Picasso. La «mujer que llora» plasmada en innumerables obras enfrentó los embates del narcicismo picassiano oponiendo el propio narcicismo, en una lucha destinada a una victoria a lo Pirro. ¿Amó Picasso a Dora? ¿Amó Picasso a alguien más allá de sí mismo? ¿ Picasso fué la causa o la consecuencia de los terremotos afectivos de la peculiar estructura de personalidad de Dora?

La violencia en las relaciones humanas puede manifestarse de diversas formas. , la violencia psicológica es la peor en sus efectos, sutiles, persistentes y alienantes. Desde Fernande Olivier a Jacqueline Roque ,  se repite el escenario de relaciones basadas en una mezcla macabra de poder y erotismo. Solo Francoise Gilot parece haber sobrevivido a un vínculo del que solo era posible salir a través de la locura o el suicidio.

El 21 de Noviembre próximo, organizado por la Sección de Psicología de la Mujer del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, se pondrá a debate este tema en  una charla-coloquio entre Victoria Combalía, crítica y asesora de arte, especialista en Dora Maar y Joan Miró y Jocelyn Guerrero, psicóloga y psicoanalista, especialista en violencia de género.

Lugar : Ateneu Barcelonès – Canuda 6- Barcelona

 

Lacan, Picasso & Dora

En el taller de Picasso: 16 de Junio de 1940 De pie, de izquierda a derecha: J. Lacan, Cécile Eluard, P. Reverdy, Louise Leiris, Picasso, Zanie de Campan, Valentine Hugo, Simone de Beauvoir, Brassaï.

Sentada ella sola en el café, jugando a una especie de ruleta rusa. Tras quitarse los guantes negros, Dora colocó la mano izquierda sobre la mesa y comenzó a clavar una navaja entre los dedos extendidos. De vez en cuando le fallaba la puntería, se pinchaba un dedo y empezaba a sangrar en abundancia John Richardson

«Jacques Lacan conoce a Pablo Ruiz Picasso a mediados de los años 30 en París. El malagueño ya era toda una celebridad. El francés iba en camino de serlo.

Joven psiquiatra, bajo influencia de Gaetian de Clerembault, Henri Claude y Henri Ey, había hecho una brillante carrera en el Hospital Saint-Anne (y otros centros sanitarios) de la capital francesa hasta encontrar un caso clínico que como anillo al dedo calzó a la perfección en sus teorías sobre la paranoia, estudiadas sobre el terreno, en los clásicos y en los escritos técnicos de Freud, que conocía casi a la perfección, tanto como la filosofía de Spinoza.

La presentación de su tesis de grado, “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad”, en 1932, es simultánea con el comienzo de su análisis didáctico con Rudolph Loewenstein, que duró seis años, agitados por la presencia de sus nuevos amigos, surrealistas, freaks, marginales al establishment de la psiquiatría dinámica a la que Lacan adhería y que gradualmente iba abandonando a causa de su estudio del corpus freudiano, y también de su vida sentimental…..…………………………………………………………………..

La tesis de Lacan no tuvo ningún eco en el ambiente académico, ni una sola reseña. Sigmund Freud mismo recibió una copia que la leyenda dice que jamás leyó y que despachó en enero de 1933 a París de manera escueta: “Gracias por el envío de su tesis”.

El eco que no tuvo en ese ambiente, sin embargo, fue opuesto al alborozo de los círculos literarios, especialmente del surrealista, y de Salvador Dalí, que veía cómo su método paranoico-crítico era retomado por otros discursos. En pocas palabras, Lacan impugnaba una causa única, orgánica, para la psicosis: reivindicaba determinaciones múltiples.

La locura corresponde a una existencia, a una historia personal que afectada, provoca una deformación del yo. Es decir, existe un antes y un después del desencadenamiento, y una cura o atenuación del delirio no sería imposible… …………..…………………………….…………………………….

Para entonces, Picasso no sólo era reconocido sino también millonario y mujeriego. Casado con Olga Kokhlova, enseguida toma como amante a una joven de 17 años, Marie-Thérese Walter, hasta que a principios de 1936 conoce en Les Deux Magots a Dora Maar…………. No se separaron más… hasta 1943, pero el pintor abandonó a Olga, nunca a Marie-Thérese, con quien Dora tenía unas peleas descomunales. Picasso: “La dejé porque tenía miedo. Miedo de su locura. Dora estaba loca mucho antes de enloquecer de verdad”.……..

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Dora consigue desplazar a Marie-Thérese por un tiempo de la atención de Picasso. Pasan inolvidables veranos en Antibes junto a Man Ray, Ady, Eluard, Nush, Lee Miller, Rolland Penrose, Breton y Jacqueline Lamba, desnudos, en hamacas, de cara al sol, entre tragos y pipas de opio.

Pero un verano es un verano, o dos. En 1943, el pintor conoce a Françoise Gilot  y esta vez sí, Dora es abandonada. El colapso nervioso casi la destruye sino es por la pronta presencia de Lacan que la interna un par de semanas en Saint-Anne, evitando los electroshocks, y pasándola a análisis de inmediato.

“Después de Picasso, sólo dios», decía la fotógrafa aplastada por el peso de la fama y el prestigio del andaluz. Dora Maar, en rigor, Henriette Theodora Markovich, entró en una fase mística y se encerró en su apartamento, donde murió en 1997, veinticinco años después que Picasso.

Escribe Richardson:

“En cuanto a la manía mística que le entró a Dora después de su separación, Picasso nos dijo que siempre había tenido una vena mística y oculta (…) La fanática recuperación del catolicismo como consecuencia de su crisis de 1947 había sido la salvación para Dora. Jacques Lacan se hizo cargo de su caso a instancias de Picasso, y al parecer utilizó ese fanatismo a modo de puente para retornar a la cordura. A efectos prácticos, Dora estaba ya completamente curada”.

Sobre la locura, la cordura y la cura habrá diversas interpretaciones, pero pocas podrán sobreponerse a la eficacia terapéutica –este es un caso– de un psicoanálisis que no cede ante una proposición que quizá se identifica rápidamente como un capricho cuando no es más que otra manera de armarse para un duelo y recuperar la potencia del deseo, cualquiera sea. El de Lacan, Picasso o Dora Maar.-«

Pablo E. Chacón

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Cuando-Lacan-conocio-a-Picasso_0_685731671.html

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Este estupendo  artículo, hace referencia a la especial relación que unió a Lacan con Picasso y Dora Maar. Lacan permitió que el síntoma de Dora hablara a través de una secuencia que ordenaba su demanda de amor y eso solo podía hacerse desde el psicoanálisis.-

A partir de su innegable valor como fotógrafa fuí descubriendo en Dora los detalles de una vida larga y obsesiva.

Algunos datos:

– Dora Maar (Henriette Theodora Markovitch) vive una infancia claustrofóbica  como única hija de un matrimonio desavenido en un país y una cultura que no le pertenece (Argentina). Aprende acerca de la ambivalencia que puede teñir una relación de pareja viendo a su madre callar su rencor ante el autoritarismo de su padre.

– Desarrolla desde muy joven una tendencia hacia lo místico (que no religioso) y lo esotérico, alimentada posteriormente por sus escarceos con los surrealistas y su relación con Georges Bataille, quién habla de los prostíbulos como autenticas «iglesias» y la introduce en el erotismo sado masoquista.

– Su vida con Picasso está marcada por experiencias límites: coprofagia, borramiento de la identidad, obsesión y poder. Dora y Pablo no se casaran ni tendrán hijos pero compartiran una década de tormentosa convivencia. ; ella lo estimula a aceptar el encargo del que saldrá el Guernica y será la modelo de   retratos que van desde la joven inocente hasta la prisionera, la loca, la calavera o el perro.

– Gracias a Cartier Bresson y Brassai comienza una brillante carrera como fotógrafa que abandonará apenas conozca a Picasso, un perverso sustituto paterno. «Después de Picasso solo Dios», será su mantra.

– Incapaz de superar la ruptura con el pintor es ingresada y electrochocada en el Hospital de Sant-Anne  luego de proclamarse «reina del Tibet» y de varios episodios de paranoia.

Poco después inicia su tratamiento con Lacan . «¿Cómo fue en sus inicios el análisis de Dora Maar? No disponemos, hasta la fecha, de ningún apunte de Dora ni de Lacan referidos a esos días. Apenas se cuenta con la revelación de Françoise Gilot, de que Picasso se hizo cargo de los honorarios enviando cheques a fin de mes. «.»Para Picasso, Lacan era simplemente el médico aficionado a las artes y amigo de algunos de sus amigos que, por comodidad, escogió de médico de cabecera, y que Lacan, aunque jamás había ejercido la clínica médica, no pudo negarse a atenderlo por un catarro o una indigestión. Afortunadamente el artista era un sesentón fuerte como un toro y el psiquiatra todavía recordaba cómo prescribir un jarabe para la tos«.(1)

– Finalmente, encuentra en la religiosidad una forma de delirio sistematizado queDora Maar - Deux Personnages Dans Un Paysage. Original. Estimado: Precio: Subasta: Aguttes -02-dic-2013 - Paris. Número de lote: 81 la mantiene «de este lado del espejo» durante casi 40 años en los que desarrolla una discreta actividad como pintora eludiendo definitivamente la pasión por la  fotografía.

Dora no pudo resolver nunca su relación con  Picasso, nunca pudo recuperar todo lo que había depositado en él: su capacidad de disfrutar a través de la creatividad, la intención  de superar sus obsesiones. Nunca pudo volver de ese viaje a la oscuridad que se inicio con la mirada de Picasso.

Podemos acercarnos a ella encontrando similitudes entre su historia y la de Camille Claudel y su tormentosa y desgraciada relación con Rodin, indagando en la relación inversa entre la creatividad, la  construcción del Yo  y la psicosis, buscando la clínica de las relaciones con los objetos primarios de amor para finalmente concluir que la relación con Picasso terminó siendo su trampa y su laberinto……al decir de Alicia Dujovne Ortiz : eterna «prisionera de la mirada»

Para saber más:

-Dujovne Ortiz, Alicia: «Prisonnère du regard«.Ed Grasset.2003

– Lord. James : «Picasso & Dora. Una memoria personal». Ed.Alba. 2007

-Caws, Mary Ann: Dora Maar : «With and without Picasso«. Ed Thames&Hudson.2000.

(1)  Baños Orellana, Jorge: «La Novela de Lacan»http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=988

 

Relaciones que enferman: el caso Dora Maar

Dora Maar, Picasso y Ady y Kasbec en Antibes. Foto de Man Ray

«Solo existen dos tipos de mujeres, diosas y felpudos y ninguna tiene importancia para mí. Hasta donde me importa, las personas son como pequeños granos de polvo flotando a contraluz» Pablo Picasso

Cuando Dora Maar (1907/1997) se encuentra con Picasso a finales de 1935 en la rueda de prensa de Crime de Monsieur Lange, – el maravilloso film de Jean Renoir en el que ha trabajado como fotógrafa de plató- es ya una reconocida figura de los medios artísticos parisinos.

Fotógrafa profesional desde 1931 se mueve con solvencia en el mundo de la moda y la publicidad,  es amiga y colaboradora de Harry Ossip Meerson, su trabajo es elogiado por Brassaï y frecuenta a  Cartier Bresson  y Man Ray. Es además pintora y poeta.

Nacida en Tours (Francia) en 1907, hija de madre francesa y de padre croata, ha vivido hasta los 21 años en Argentina, donde su padre -Joseph Markovitch,arquitecto- trabajó en diversos  proyectos a las órdenes de otro croata- Nicolás Mihanovich- y por lo tanto habla perfectamente español.

Profundamente involucrada en el surrealismo y comprometida políticamente con la extrema izquierda brilla con luz propia no solo por su trabajo de «fotografía de calle»  en los que retrata la miseria y la marginalidad de los personajes que encuentra en Barcelona o París, sino por sus fotomontajes  inspirados en las ideas surrealistas.

 

Esas ideas hablan de una realidad superior, a la que se accede poniendo en contacto dos mundos, la vigilia y el sueño,  para buscar la liberación del inconsciente y con ello una nueva forma de pensar que terminara con la dictadura exclusiva de la lógica y la moral.

Es una mujer de hermosos ojos verde pálido, cabello negro, voz agradable y manos de largos dedos terminados en uñas a menudo pintadas de distintos colores; tiene fama de femme fatale a raíz de su relación dolorosa y atormentada con Georges Bataille, que en su vida privada es un asiduo de los prostíbulos y un masoquista.  Es además una intelectual inteligente, con una intensa vida social y un exquisito humor negro. La obsesión erótica de Bataille por el masoquismo la acerca al sufrimiento como generador de deseo y a la culpa como contexto de la transgresión, pero siempre logra ir más allá de ser solo la amante vulgar de un famoso.

Es también alguien que sufre frecuentes cambios de humor y tolera muy mal la frustración, es orgullosa, original y testaruda. El comienzo de su relación con Picasso es  el comienzo del fin de la identidad que había construido hasta ese momento. Sin esa relación quizás su evolución como fotógrafa se hubiera desarrollado en plenitud y su creatividad se hubiera consolidado.

En muchos aspectos, Dora supera intelectual y culturalmente al pintor que es un creador y no un consumidor de cultura, pero Picasso la transformará en su musa, en  la mujer que llora. Ella resiste durante una década y desarrolla un innegable poder sobre él,  es una interlocutora sólida sin abandonar su belleza mientras comparte su mundo y su pintura.

 

 

Dora está detrás de la grandiosidad del Guernica y es la modelo de innumerables retratos, es también su maestra en temas políticos y sociales y una partenaire generosa en su complicada vida sexual. Documenta su trabajo de una manera tan minuciosa que nos permite  comprender como pensaba el artista.

Dice Anne Baldassari  en Le Monde: «Si se estudian las fotos (que realizó ), se ve que Picasso las usó para llevar a cabo Guernica«. Después del Guernica Dora deja la fotografía por la pintura y se deshace de sus equipos; proyectores, cortinas y luces terminan en el estudio de Picasso; los focos de Dora son usados para iluminar el trabajo de Picasso durante la ocupación y los telones para oscurecer su estudio.

En 1945,  Picasso ya se aburre de la testarudez y el desequilibro de Dora que en una ocasión dice que le han robado su perro que luego aparece andando por el muelle y otro día denuncia la pérdida de su bicicleta, mas tarde la encontrarán intacta.. Cuando conoce a Françoise Gillot, el tiene 61 años-ella 21-.

Dora se transforma en una mujer celosa y mucho más inestable; él dirá luego que la abandona asustado por su desorden mental que comenzó antes de la ruptura y de la aparición de Gilot. La encuentran desnuda en la escalera, obliga a Picasso y a Paul Eluard a arrodillarse y pedir perdón por sus pecados y finalmente es sacada de un cine y llevada a un hospital psiquiátrico en el que será tratada con repetidas sesiones de electroshock que repercutirán gravemente en su artrosis pasados los años.

Rescatada por Lacan y con la autorización de su padre  ingresa en la clínica de Bonneval e inicia dos años de análisis con él. Según Picasso, Lacan debió optar entre abandonar a Dora a sus delirios o permitir el desarrollo de sus tendencias místicas. Es probable que tenga razón porque en su misticismo encontramos antiguas cuestiones masoquistas en las que la culpa ocupa un lugar central.  Después de un breve paso por el ocultismo y el budismo, Dora  abraza el catolicismo con una fe que ocupará los últimos 40 años de su vida y la llevará a un progresivo aislamiento social después de finales de los `60.

«Después de Picasso, solo Dios» había dicho Dora;  «No se puede hablar  del amor sin hacer referencia a Dios como goce del Otro, más allá del cuerpo, allí donde no hay palabras y donde podría estar ─si existiera─ La mujer» dirá Lacan.

Pasa los últimos años de su vida pintando, en la convicción que será reconocida como una gran pintora, comunicándose solo por teléfono con amigos y marchands, sin abandonar sus intereses económicos, sosteniendo su ecuación dinero X amor y manteniendo sus bruscos cambios de humor. El crítico de arte Edouard Jaguer dirá de ella: «Era una persona extraña, bizarra, ambigua y hasta amenazante» «Su fuerza de carácter refutaba todo lo que se dijera de ella, hasta no aceptar ningún tipo de consejo».

Su relación con la Iglesia hace que, de tanto en tanto, abra su casa de Mènerbes en la Provençe (regalo de Picasso) para las monjas que trabajan con madres adolescentes.

Dora Maar muere el 1 de Julio de 1997 . Le Monde anuncia su muerte diez días después.

 

Picasso – “Portrait of Dora Maar” – 1937 and “Weeping Woman” – 1937

Fuentes : Caws, Mary Ann : «Dora Maar: with and without Picasso». Ed. Thames Hudson (2000)

Combalía, Victoria : «Mas allá de Picasso».Ed. Circe (2013)

Lord, James: «Picasso y Dora: Una memoria personal».Ed.Alba (2007)

Dujovne Ortiz, Alicia: «Dora Maar: Prisionnere du regard».Ed. Grasset (2003)

Lacan, Jacques: El Seminario, Libro 20, Aún. Ed. Paidós

Lacan, Picasso & Dora

Dora Maar

“Sentada ella sola en el café, jugando a una especie de ruleta rusa. Tras quitarse los guantes negros, Dora colocó la mano izquierda sobre la mesa y comenzó a clavar una navaja entre los dedos extendidos. De vez en cuando le fallaba la puntería, se pinchaba un dedo y empezaba a sangrar en abundancia.» John Richardson

«Jacques Lacan conoce a Pablo Ruiz Picasso a mediados de los años 30 en París. El malagueño ya era toda una celebridad. El francés iba en camino de serlo. Joven psiquiatra, bajo influencia de Gaetian de Clerembault, Henri Claude y Henri Ey, había hecho una brillante carrera en el Hospital Saint-Anne (y otros centros sanitarios) de la capital francesa hasta encontrar un caso clínico que como anillo al dedo calzó a la perfección en sus teorías sobre la paranoia, estudiadas sobre el terreno, en los clásicos y en los escritos técnicos de Freud, que conocía casi a la perfección, tanto como la filosofía de Spinoza. La presentación de su tesis de grado, “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad”, en 1932, es simultánea con el comienzo de su análisis didáctico con Rudolph Loewenstein, que duró seis años, agitados por la presencia de sus nuevos amigos, surrealistas, freaks, marginales al establishment de la psiquiatría dinámica a la que Lacan adhería y que gradualmente iba abandonando a causa de su estudio del corpus freudiano, y también de su vida sentimental…..…………………………………………………………………..

La tesis de Lacan no tuvo ningún eco en el ambiente académico, ni una sola reseña. Sigmund Freud mismo recibió una copia que la leyenda dice que jamás leyó y que despachó en enero de 1933 a París de manera escueta: “Gracias por el envío de su tesis”. El eco que no tuvo en ese ambiente, sin embargo, fue opuesto al alborozo de los círculos literarios, especialmente del surrealista, y de Salvador Dalí, que veía cómo su método paranoico-crítico era retomado por otros discursos. En pocas palabras, Lacan impugnaba una causa única, orgánica, para la psicosis: reivindicaba determinaciones múltiples. La locura corresponde a una existencia, a una historia personal que afectada, provoca una deformación del yo. Es decir, existe un antes y un después del desencadenamiento, y una cura o atenuación del delirio no sería imposible… …………..…………………………….…………………………….

Para entonces, Picasso no sólo era reconocido sino también millonario y mujeriego. Casado con Olga Kokhlova, enseguida toma como amante a una joven de 17 años, Marie-Thérese Walter, hasta que a principios de 1936 conoce en el Les Deux Magots a Dora Maar…………. No se separaron más… hasta 1943, pero el pintor abandonó a Olga, nunca a Marie-Thérese, con quien Dora tenía unas peleas descomunales. Picasso: “La dejé porque tenía miedo. Miedo de su locura. Dora estaba loca mucho antes de enloquecer de verdad”.……..

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Dora consigue desplazar a Marie-Thérese por un tiempo de la atención de Picasso. Pasan inolvidables veranos en Antibes junto a Man Ray, Ady, Eluard, Nush, Lee Miller, Rolland Penrose, Breton y Jacqueline Lamba, desnudos, en hamacas, de cara al sol, entre tragos y pipas de opio. Pero un verano es un verano, o dos. En 1943, el pintor conoce a Françoise GilotFrancois  y esta vez sí, Dora es abandonada. El colapso nervioso casi la destruye sino es por la pronta presencia de Lacan que la interna un par de semanas en Saint-Anne, evitando los electroshocks, y pasándola a análisis de inmediato.

“Después de Picasso, sólo dios», decía la fotógrafa aplastada por el peso de la fama y el prestigio del andaluz. Dora Maar, en rigor, Henriette Theodora Markovich, entró en una fase mística y se encerró en su apartamento, donde murió en 1997, veinticinco años después que Picasso. Escribe Richardson: “En cuanto a la manía mística que le entró a Dora después de su separación, Picasso nos dijo que siempre había tenido una vena mística y oculta (…) La fanática recuperación del catolicismo como consecuencia de su crisis de 1947 había sido la salvación para Dora. Jacques Lacan se hizo cargo de su caso a instancias de Picasso, y al parecer utilizó ese fanatismo a modo de puente para retornar a la cordura. A efectos prácticos, Dora estaba ya completamente curada”.

Sobre la locura, la cordura y la cura habrá diversas interpretaciones, pero pocas podrán sobreponerse a la eficacia terapéutica –este es un caso– de un psicoanálisis que no cede ante una proposición que quizá se identifica rápidamente como un capricho cuando no es más que otra manera de armarse para un duelo y recuperar la potencia del deseo, cualquiera sea. El de Lacan, Picasso o Dora Maar.-«

Pablo E. Chacón

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Cuando-Lacan-conocio-a-Picasso_0_685731671.html

__________________________________________________Este estupendo  artículo que hace referencia a la especial relación que unió a Lacan con Picasso y Dora Maar, (personaje  que me entusiasma e interesa desde hace un par de años) adolece, creo, de algunos errores aunque mantiene una conclusión que comparto: Lacan aceptó que el síntoma de Dora hablara a través de una secuencia que ordenaba su demanda de amor y eso solo podía hacerse desde el psicoanálisis.-

A partir de su innegable valor como fotógrafa fuí descubriendo en Dora los detalles de una vida larga y obsesiva que me interesan por varias razones: soy aficionada a la fotografía, soy psicoanalista y …soy argentina.-

Algunos datos:

-Dora Maar (Henriette Theodora Markovitch) vive una infancia claustrofóbica  como única hija de un matrimonio desavenido en un país y una cultura que no le pertenece (Argentina). Aprende acerca de la ambivalencia que puede teñir una relación de pareja viendo a su madre callar su rencor ante el autoritarismo de su padre.

-Desarrolla desde muy jóven una tendencia hacia lo místico (que no religioso) y lo esotérico, alimentada posteriormente por sus escarceos con los surrealistas y su relación con Georges Bataille, quién habla de los prostíbulos como autenticas «iglesias» y la introduce en el erotismo sado masoquista.

– Su vida con Picasso está marcada por experiencias límites: coprofagia, borramiento de la identidad, obsesión y poder.

– Gracias a Cartier Bresson y Brassai comienza una brillante carrera como fotógrafa que abandonará apenas conozca a Picasso.  Picasso se erige en su «dios» , terrible sustituto paterno.

– Incapaz de superar la ruptura con el pintor es ingresada luego de proclamarse «reina del Tibet» y de varios episodios de paranoia  y  luego es tratada por Lacan  para encauzar un delirio místico .

– Finalmente, encuentra en la religiosidad una forma de delirio sistematizado que la mantiene «de este lado del espejo» durante casi 40 años en los que desarrolla una discreta actividad como pintora eludiendo definitivamente la pasión por la  fotografía.

Dora no pudo superar nunca su fijación hacia  Picasso, nunca pudo recuperar todo lo que había depositado en él: su capacidad de disfrutar a través de la creatividad, la intención  de superar sus obsesiones. Nunca pudo volver de ese viaje a la oscuridad.

Podemos acercarnos a ella encontrando similitudes entre su historia y la de Camille Claudel y su tormentosa y desgraciada relación con Rodin, indagando en la relación entre la creatividad, la imágen y la psicosis, buscando la clínica de las relaciones con los objetos primarios de amor para finalmente concluir que la relación con Picasso terminó siendo su trampa y su tumba……al decir de Alicia Dujovne Ortiz : eterna «prisionera de la mirada»

Para saber más:

-Dujovne Ortiz, Alicia: «Prisonnère du regard«.Ed Grasset.2003

– Lord. James : «Picasso & Dora. Una memoria personal». Ed.Alba. 2007

-Caws, Mary Ann: Dora Maar : «With and without Picasso«. Ed Thames&Hudson.2000.