EL virus COVID-19 ha provocado una alteración inesperada de nuestras rutinas y amenaza la salud pública en casi todo el mundo. Existe un estado generalizado de incertidumbre respecto a lo que los próximos meses nos traerá en todos los sentidos.
Esta pandemia, implica riesgos más allá de la salud, medidos en crisis económicas, derivaciones políticas y fuerte impacto en las costumbres asociadas al proceso de globalización : turismo de masas, libre circulación de personas y mercaderías, etc. La ansiedad como respuesta individual crece, no solo entre aquellos que ya son proclives al pensamiento catastrofista anticipado, sino entre los que en general no tienen ese problema.
Nuestro aporte como psicólogos y psicoterapeutas para ayudar a reducir el estrés será compartir algunos tips -bastante obvios por otra parte- para lograr un balance entre «estar preparados» y «entrar en pánico»:
1.- Se consciente de la importancia de mantener tus hábitos saludables de sueño y actividad física: Una de las primeras consecuencias del aumento de estrés es tirar por la borda las rutinas de cuidado. Es un efecto dominó desafortunado, en tanto esas rutinas son las que nos permiten sentirnos tranquilos y -además- mantener nuestro sistema inmune. Nos enganchamos a las noticias y a los grupos de whatssapp y nos vamos a dormir más tarde, postergamos nuestra habitual caminata o nuestra sesión de ejercicios porque estamos cansados o porque dudamos de ir o no al gym o salir a dar una vuelta a la manzana. Dejar ir esos hábitos tiene el riesgo agregado de que seguramente será más difícil retomarlos cuando todo esto pase. Prioriza tu descanso y tu movilidad siempre que puedas.
5. No permitas que tus pensamientos catastrofistas se cuelen como «verdades»: En tiempos de incertidumbre, el cerebro tiende a llenar los espacios vacíos y a conectar puntos inconexos. Y esto puede distorsionar nuestra mirada hasta anular nuestro pensamiento crítico y precipitar conclusiones en las que se privilegia el miedo al futuro y la falta de alternativas.
Prueba ser más crítico y observador de tus propios pensamientos, no asumas que son «verdad», detecta los sesgos cognitivos de confirmación. Un sesgo cognitivo supone siempre una distorsión del pensamiento para sostener conclusiones irracionales: el sesgo de «confirmación», nos hace asumir como verdad aquello que ya coincide con nuestra idea. Por ejemplo: si creemos que habrá desabastecimiento porque los supermercados van a cerrar, si uno se queda sin mercadería, aunque haya 100 que funcionan normalmente, nos diremos que debemos correr a comprar.
Steven Taylor PhD psicólogo de la Universidad de Columbia y autor del libro «La psicología de las pandemias» dice «Las compras por pánico, están alimentadas por la ansiedad y la disposición a hacer todo lo posible para calmar los temores, como hacer cola durante horas o comprar mucho más de lo que uno necesita, Las compras nerviosas ayudan a las personas a sentir que controlan. La gente siente la necesidad de hacer algo que sea proporcional a lo que perciben que es el nivel de la crisis», Otro sesgo habitual es el de «negatividad», parece que nos encanta el morbo de lo negativo, saber cuanta gente murió y no cuanta se recuperó; observa a los que te rodean y observate, en situaciónes como ésta el vivir en modo «agonías» no solo no es útil sino que es claramente contraproducente en tanto te impedirá tomar decisiones acertadas.
6 Mantén lo familiar y predecible en la medida de lo posible: como forma de reducir tu ansiedad, mantén lo predecible en tus costumbres diarias respecto a horarios, limpieza, etc. Vigila tu tendencia al control obsesivo, indicaciones como #lavarselasmanos #notocarselacara, son imprescindibles como medidas de prevención pero pueden agudizar tus compulsiones. Si ya tienes este problema, consulta a un profesional.
7. En la medida de lo posible mantén la armonía de tu espacio privado: el cerebro ansioso es positivamente permeable a la percepción del «fluír», entendido como un estado de compromiso con las actividades de cada momento y a las sensaciones asociadas a emociones positivas. Ensaya cada día una actividad nueva, aprovecha este «tiempo fuera», para leer ese libro que compraste y nunca abriste o empezar tu curso online postergado. Una crisis siempre es una oportunidad. Y ésta también lo es. «Si sucede, conviene!»
El «savoring» es una estrategia de psicología positiva útil en momentos de estrés y no supone otra cosa más que recuperar la atención plena en el aquí y ahora y el recuerdo de lo bello : olores, sabores, momentos vitales. Todo aquello que nos «engancha» a la vida, cambiar tus muebles de lugar, ordenar tu armario, digitalizar tus fotos, son estrategias casi siempre exitosas para inocular «anti estrés».
Si alguien de tu entorno se ha enfermado, evita el agotamiento, no entres en pánico y pide ayuda profesional.
Anxiety UK, sugiere poner en práctica una técnica clásica para enfrentar la ansiedad y la preocupación frente a lo desconocido:
- Identifica y acepta la incertidumbre que te viene a la mente.
- No reacciones en forma apresurada. Respira.
- Ten presente que estás preocupado/a y que gastar energía en buscar certezas no es útil. Se trata solo de un pensamiento o un sentimiento y los pensamientos no son hechos, observa qué pasa realmente.
- Deja ir pensamientos y sentimientos rumiantes. Nadie espera que reacciones o hagas algo con ellos.
- Explora el aquí y ahora, si en este momento y por ahora, todo está bien ¿Para qué te sirven esos pensamientos?Observa tu respiración. Mira a tu alrededor ¿Qué ves?, ¿Qué oyes?, ¿ Qué puedes tocar u oler?. Luego pasa tu atención a otra cosa vuelve a lo que necesitas hacer o a lo que estabas haciendo antes de que te dieras cuenta de todas esas preocupaciones
Si el mensaje es que todo está mal, que vamos al desastre y no hay salida, recuperar la capacidad de reconocer nuestras fortalezas es parte de la solución, porque a pesar de lo que parece….. esto también pasará! Suerte!
Fuentes:
https://www.psychologytoday.com/intl/blog/friendship-20/202003/7-tips-manage-coronavirus-anxiety-now
https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-51824458