¿Por qué nos cansa usar ZOOM?

Desde el comienzo de la crisis mundial por la pandemia del  COVID-19 en Febrero pasado, aproximadamente 2.6 billones de personas – 1/3 de la población mundial – está en cuarentena, con grandes restricciones para movilizarse con libertad. Una cuarentena es, sin lugar a dudas, uno de los experimentos psicológicos más brutales en sus consecuencias para la salud física y mental.

Según el World Economic Forum, en breve encontraremos una segunda epidemia de trastornos emocionales y físicos. La cuarentena traerá un amplio espectro de síntomas de estrés psicológico y alteraciones del humor, insomnio, irritabilidad, depresión, ira y otras manifestaciones asociadas al síndrome de estrés post-traumático. En China, estos efectos sobre la salud mental ya están siendo diagnosticados y reportados en los primeros trabajos de investigación sobre este tema.

En Febrero 2020, justo antes que Europa instalara las medidas de aislamiento social obligatorio, The Lancet publicó una reseña de 24 estudios, que documentaban el impacto psicológico de la restricción de movimientos en grupos expuestos a potenciales contagios de enfermedades infecciosas. Los hallazgos nos brindan un pantallazo de lo que le está sucediendo a cientos de miles de personas en todo el mundo.

Entre los cambios sociales que ésta situación ha traído,  se nota un incremento exponencial del uso de plataformas de video conferencia como ZOOM, Skype , WhatssApp, Microsoft Teams o HouseParty tanto para mantener contactos en el ámbito privado como para reuniones de trabajo o para el ejercicio profesional en distintas disciplinas : clases online, consultas profesionales, consultas psicológicas, venta online de todo tipo de productos, etc..

Luego de dos meses, es cada vez más frecuente, escuchar referencias a estados de agotamiento posteriores a largas sesiones frente al ordenador con pausas para, además, ver videos o escuchar audios, participar en grupos de Whatssapp y en transmisiones en directo por Instagram y largo etc.

La explosión sin precedentes del uso de esas herramientas, ha originado un experiencia social que pone en evidencia lo que ya sabíamos: la interacción virtual es una experiencia difícil para el cerebro. Y si a este dato le agregamos la especial situación en la que nos encontramos, no es raro que nuestra mente y nuestro cuerpo acusen recibo.-

Antes que el COVID-19 irrumpiera en nuestras vidas, ya varios estudios concluían que un alto porcentaje de los usuarios en el Hemisferio Norte que pasaban casi 7 horas al día frente a pantallas, manifestaban con frecuencia estos síntomas:

  • dolor de cabeza
  • cansancio
  • dolor de espalda
  • menor nivel de energía
  • fatiga visual
  • tensión muscular

Pero, ahora, en tiempos de cuarentena,  se ha instalado muy rápidamente  la necesidad de continuar trabajando y mucha gente ha comenzado a utilizar plataformas como Zoom sin demasiada experiencia previa, por lo que estos cuadros de fatiga mental y física se han incrementado.

 

Consejos para tener videollamadas seguras en Zoom - VIX

Entre los numerosos académicos e investigadores en ciberpsicología, se encuentra la dra. Linda Kaye, profesora titular de Psicología en la Universidad Edge Hill, (Lancashire, UK), quién ha observado el fenómeno de la fatiga  por uso de videollamadas y ha aportado algunas valiosas ideas.

» La mayoría de las plataformas de video llamada -dice- incluyen la posibilidad de auto-observarse en la pantalla, parecería que esto incrementa nuestra auto-conciencia, con la consecuencia inmediata de que hacemos mayores esfuerzos en tratar de mejorar nuestra imagen personal».

La que esta investigadora señala es que el estar mirándonos al mismo tiempo que hablamos con otro, experiencia única que no solemos poder experimentar en la vida diaria, genera la posibilidad de interpretar y evaluar  cómo nos vemos, la congruencia que eso tiene con cómo nos sentimos y nos permite reconocer  patrones  de expresión que aumentan el registro de quienes somos y cómo nos ven los otros en realidad…….y esto puede ser agotador!

Desarrollamos en nuestra vida diaria, un nivel de auto conciencia  natural que nos marca qué nos gusta o qué nos molesta pero en general, el nivel de esa habilidad es bajo, por eso la exposición sostenida a nuestra propia mirada genera un exceso de información con consecuencias en nuestra higiene mental.

Otra explicación de esa fatiga es simplemente  que la calidad de las conexiones en sonido o imagen disminuye nuestra habilidad de lectura de indicios sociales provistos por la comunicación no-verbal en nuestra vida diaria.

Todo ha de ser procesado a través de un canal de comunicación visual y auditivo, eliminando información kinestésica importante para nuestro modo de procesar datos : el tacto, el movimiento, el ritmo, la coordinación, los silencios, desaparecen y con ello hemos de buscar las claves solo en los registros disponibles. Dentro de una video llamada tenemos que estar más atentos a la conducta del otro para calibrar las interacciones sociales y ese esfuerzo extra termina siendo muy agobiante.

Gianpiero Petriglieri, profesor asociado en INSEAD, cuyas áreas de interés incluyen el desarrollo del aprendizaje sustentable en las organizaciones, apunta al impacto que tiene en nuestras emociones el vernos forzados a usar la tecnología para mantenernos comunicados y sostener nuestros diversos roles sociales.

Las video llamadas  tienen un «caché»  oculto que refiere a los vínculos que  sentimos que hemos perdido, aunque sea algo temporal, una especie de deja vú de lo que sucedía hasta hace poco en nuestras vidas.

Independientemente de si somos extrovertidos o no, hay un  impacto disruptivo en nuestra auto motivación emocional. Según Goleman, al auto motivarnos nos damos a nosotros mismos razones, entusiasmo, ganas para afrontar con éxito las diferentes demandas de nuestra vida cotidiana .

Cuando se borran los límites entre nuestra identidad profesional y nuestra imagen social porque parece que todos los espacios se mezclan en la pantalla, ese motor interior funciona a marcha forzada.  La reducción de toda nuestra vida pública (trabajo, aficiones, amigos, familia) paga un precio en términos de malestar .

Cuando solo tenemos una forma de conectar con otros , nos volvemos más vulnerables a emociones negativas.  Es una sutil forma de emprobrecimiento emocional que instala un estrés difícil de identificar y por lo tanto, el síntoma termina siendo, el cansancio como estrategia de desconexión emocional.

Existe además otra variable a considerar en las razones de la «video-fatiga» y es que se trata de una simple cuestión de volumen. Sin la necesidad de viajar y estar presente en distintos lugares, ampliamos nuestro espacio para planificar reuniones y chats. Por lo tanto es posible que programemos en exceso, solo por el hecho de que estamos más disponibles.

Así, instalamos cierta  «penalización» de la improductividad que nos lleva a llenarnos de compromisos laborales, de formación, entretenimiento, etc. Las preocupaciones derivadas de las consecuencias económicas de la cuarentena, agitan fantasmas de pérdida de trabajo, cesantía y quiebra económica que nos lleva a tratar de  «hacer algo» para alcanzar nuestro mejor nivel y «asegurarnos» nuestro sustento si las cosas siguen cambiando para peor.

La personalidad improductiva: Los 5 tipos de Erich Fromm

 

Aún cuando organizamos chats con nuestros amigos, para cocinar y cenar en grupo virtual o participamos de la fiesta de cumpleaños de nuestro mejor amigo y nuestro objetivo es divertirnos, resulta que igual nos sentimos cansados. En este caso depende mucho de si   -una vez más-   sientes que DEBES hacerlo, permítete decir que no y aceptar tener «tiempo silenciado» para ser tú mismo.

Comparto algunos tips que la mayoría de los expertos sugieren para superar la fatiga:

  • Agendar tiempo de descanso entre distintas reuniones de trabajo
  • Planificar  tus reuniones virtuales con tiempos más breves de lo que harías en forma presencial, esto supone  priorizar los principales temas a tratar . El resto quedará en un documento o se tratará en la próxima reunión
  • Tratar de poner pausas en horas o incluso días entre las llamadas laborales y las sociales
  • Si existe la opción, utilizar la pantalla solo para ver la imagen de los otros más que la propia
  • Analizar cuanta gente es necesario realmente incluir en una video conferencia. Menos personas puede hacer más fácil y rápidos los chats
  • Permitirse no producir, no hacer nada, hacerse amigo del ocio creativo: la tecnología por sofisticada que sea no puede producir ideas

Desde otro ángulo,  para entender por qué nos cansamos usando pantallas, es necesario considerar los procesos psicológicos relacionados con la forma en que ordenamos la información. La atención y la concentración serán aquí, dos de las principales funciones afectadas.

En cuanto a la atención existen realmente cambios cualitativos importantes. Estamos hiper-conectados, sin hacer foco por largos períodos de tiempo y esto es un desafío tanto a nivel cerebral como mental. Y en cuanto a la concentración, lo ideal es  generar y utilizar  espacios fuera de la pantalla para trabajarla con técnicas diversas como por ejemplo: ejercicios de observación del espacio, deletreo de palabras, prestar atención a una melodía (cadencias. notas, instrumentos), etc.

De esta forma, reforzaremos nuestra mente tanto a nivel cognitivo como afectivo y estaremos más entrenados para soportar el estrés que la interacción con la tecnología nos genera.

Instalar hábitos saludables en contextos de incertidumbre como los actuales no es fácil si no los hemos tenido cuando nuestra vida era «normal», pero igualmente no está demás recalcar el efecto positivo que:

1)el ejercicio físico,

2)el cuidado del sueño (las pantallas de ordenadores, tablets, smartphones, TV de pantalla plana emiten dosis elevadas de luz azul que interfieren en la calidad del sueño),

3)el leer por placer,  un libro y no desde una pantalla,

4)cocinar (buscar una receta y seguirla al pie de la letra)

5)el disfrute del tiempo libre

6)el orden de los espacios que habitamos

7)las rutinas

tienen sobre nuestros procesos psicológicos y sobre nuestras emociones.

 

 

Coronavirus: claves para mantener la actitud positiva durante la ...

 

La pandemia del COVID-19 parece empeñada en transformarse en un reto a nuestra capacidad de adaptarnos a situaciones adversas; no es tiempo de auto agredirnos o dejar de cuidarnos -(nunca lo es pero ahora mucho menos),  es tiempo de practicar el auto-control, la calma y la atención plena en el aquí y ahora.

Instalar rutinas saludables en esta nueva relación con la tecnología será una forma de sobreponernos a la falta de certezas. Exploremos en qué plataformas nos sentimos más cómodos, aprendamos a desconectar, organicemos y planifiquemos nuestra vida online y así le ganaremos a la video fatiga.

Permítete escribir una carta a la vieja usanza y llega a ese amigo desde otro lugar haciéndole saber que realmente te preocupas por él, habla por teléfono, trata de «des-digitalizar» tu vida todo lo que sea posible, separa tu vida profesional de tu vida personal. No dejes que la tecnología te controle sino -al revés- conecta contigo mismo, con tus deseos y necesidades y priorízalos. Después de todo, esto también pasará y cuando suceda la única certeza será que aún te tienes a ti mismo. Suerte!

Fuente: https://www.psychreg.org/zoom-fatigue/

https://www.weforum.org/agenda/2020/04/this-is-the-psychological-side-of-the-covid-19-pandemic-that-were-ignoring/

https://thriveglobal.com/stories/the-impact-of-zoom-fatigue-digital-eye-strain/

https://www.bbc.com/worklife/article/20200421-why-zoom-video-chats-are-so-exhausting

https://www.nationalgeographic.com/science/2020/04/coronavirus-zoom-fatigue-is-taxing-the-brain-here-is-why-that-happens/

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30460-8/fulltext

https://www.weforum.org/agenda/2020/04/this-is-the-psychological-side-of-the-covid-19-pandemic-that-were-ignoring/

 

 

 


 

Francesca Melandri: Una carta a UK….(y al mundo) desde el futuro

Francesca MelandriFrancesca Melandri, es una reconocida escritora italiana, documentalista y guionista. Actualmente viviendo en Roma (Italia) y en cuarentena por casi tres semana debido al COVID-19. De ella leo en The Guardian esta «Carta desde el futuro», que -intuyo- le pone palabras a sentimientos compartidos en todo el mundo. Me he permitido publicarla en una traducción propia, esperando sirva para acompañarlos en ésta experiencia. 

Les  escribo desde Italia, lo que significa que les estoy escribiendo desde el futuro. Estamos ahora donde ustedes estarán dentro de algunos días. El mapa de la epidemia nos muestra que estamos todos entrelazados en una danza en paralelo.

Pero, estamos unos pocos pasos por delante de ustedes, lo mismo que Wuhan que estaba unas semanas por delante de nosotros.  Y observamos que se comportan igual a como nosotros lo hicimos. Sostienen los mismos argumentos que nosotros sostuvimos hasta hace poco, entre los que  todavía dicen » es solo una gripe!, por qué todo este revuelo?» y aquellos que ya han entendido.

Se preguntarán qué les estará pasando a todos aquellos que no pueden quedarse en casa, porque no tienen una. Se sentirán vulnerables cuando salgan a hacer compras por las calles desiertas. Especialmente si son mujeres.

Se preguntarán si es ésta la forma en la que colapsa una sociedad. ¿Pasa realmente así de rápido?. Van a bloquear esos pensamientos y cuando regresen a sus hogares, volverán a comer.

Van a engordar. Van a buscar clases de Fitness Online.

Se van a reír. Se van a reír mucho. Van a hacer alarde de un humor negro como nunca antes han tenido. Aún aquellos que siempre se han tomado todo muy seriamente van a reflexionar sobre lo absurdo de la vida, del universo y de todo.

Van a hacer citas en la cola del supermercado con amigos y amantes, solo para verlos muy brevemente, condicionados por las reglas de distanciamiento social.

Van a contabilizar todas las cosas que no necesitan.

La verdadera naturaleza de la gente que los rodea se va a revelar con total claridad. Va a haber ratificaciones y sorpresas.

Intelectuales omnipresentes en las noticias van a desaparecer, sus opiniones serán, de repente, irrelevantes. Algunos se refugiarán en racionalizaciones  tan carentes de empatía, que la gente va a dejar de oírlos.  En su lugar, otros que han sido pasados por alto, resultarán reconfortantes, generosos, confiables, pragmáticos y visionarios.

Aquellos que  invitan a observar este desastre como una oportunidad para la renovación del planeta, resultarán de ayuda para poner las cosas en una perspectiva más amplia. También  parecerán terriblemente irritantes: estupendo!, el planeta respira mejor por la reducción a la mitad de las emisiones de CO2, pero como vas a pagar tus facturas el mes que viene??

No entenderán si ser testigo del nacimiento de un nuevo mundo es algo grandioso o un asunto lamentable.

Van a oír música desde vuestros jardines y ventanas- Cuando nos veían cantar opera desde nuestros balcones, pensaban «AHH! estos italianoss!». Pero estamos seguros que también  se van a cantar canciones motivadoras unos a otros, Y cuando se vean cantando estruendosamente I WILL SURVIVE! desde sus ventanas, les haremos un guiño, de la misma forma que la gente de Wuhan, que cantaba desde sus ventanas en Febrero, nos hizo un guiño a nosotros.

Muchos de ustedes, se irán a dormir, jurándose que la primera cosa que harán cuando se levante la cuarentena es divorciarse.

Muchos niños serán concebidos.

Vuestros hijos serán escolarizados Online. Serán un fastidio enorme y  también una fuente de felicidad.

La gente mayor desobedecerá como si fueran unos adolescentes revoltosos: van a tener que pelear con ellos para obligarlos a quedarse en casa y evitarles infectarse y morir.

Tratarán de no pensar en la gente que muere sola en la UCI

Querrán cubrir con pétalos de rosas los pasos de los trabajadores de la salud.

Se les dirá que la sociedad está unida en un esfuerzo comunitario, que todos están en el mismo barco. Y será verdad. Esta experiencia cambiará para bien cómo cada uno se percibe como una parte individual de un todo,

Pero las cuestiones de clase social harán la diferencia. Estar encerrado en una casa con un hermoso jardín no es lo mismo que estar encerrado en una torre de un complejo de viviendas sociales superpoblado. Como no es lo mismo tener la posibilidad de seguir trabajando desde casa que ver como tu trabajo desaparece.

El barco en el que navegan con el objetivo de derrotar a la epidemia no será el mismo para todos. No lo es ahora y no lo ha sido nunca.

En algún momento, se darán cuenta. Será duro. Se asustarán. Compartirán sus miedos con sus seres queridos o se lo guardarán para no cargarlos con eso también.

Volverán a comer.

Estamos en Italia, y es lo que sabemos acerca de vuestro futuro. Pero es solo videncia en pequeña escala. Somos unos adivinos muy discretos.

Si giramos nuestra mirada hacia un futuro más lejano, ese futuro que es desconocido para ustedes y para nosotros, solo podemos decirles esto: cuando todo acabe, el mundo no volverá a ser el mismo.

© Francesca Melandri 2020

#Quedarse en casa en tiempos de pandemia : algunas ideas

«Al principio la muchacha del Dauphine había insistido en llevar la cuenta del tiempo, aunque al ingeniero del Peugeot 404 le daba ya lo mismo«.…… «la muchacha del Dauphine le había dicho al ingeniero que le daba lo mismo llegar más tarde a París pero que se quejaba por principio, porque le parecía un atropello someter a millares de personas a un régimen de caravana de camellos»…… » A veces llegaba un extranjero, alguien que se deslizaba entre los autos viniendo desde el otro lado de la pista o desde la filas exteriores de la derecha, y que traía alguna noticia probablemente falsa repetida de auto en auto a lo largo de calientes kilómetros». Julio Cortázar (La autopista del Sur)

Julio Cortázar: Reseña: La autopista del Sur

En estos días, la situación social e individual creada por la pandemia del COVID-19, me hizo recordar éste cuento de Cortázar de 1966,  que trata de un atasco en una autopista en las afueras de París, un domingo de calor abrasador en pleno Agosto. En cada coche, una historia, nadie sabe qué pasa exactamente ni porque se han quedado parados pero la persistencia de su situación obligan a estas personas a organizarse y comunicarse mientras sus días se alargan. La necesidad de supervivencia, convierten a los desconocidos en comunidad.  De una manera no planificada surge una problemática que afecta a muchas personas desconocidas entre sí que las obliga a cuidarse entre ellas, y comprometerse buscando el bien común por un período que no se sabe cuanto durará, algo que nunca harían en condiciones normales.

En este complicado 2020, la consigna es #Quedate en casa, y como siempre sucede, las opiniones son diversas, la mirada socio política y económica o financiera se entrelaza con las cuestiones de salud pública y las teorías conspirativas. En todo caso, no es una elección, es imprescindible evitar los riesgos de contraer Coronavirus o sin intención, contagiar a otros. El nudo de la cuestión no es tanto no enfermarse sino no aumentar las probabilidades que el sistema de salud colapse y se agrave la situación de muchos enfermos crónicos de otras patologías que verían imposibilitado su acceso a hospitales o centros de salud o a profesionales que los atiendan, como ya hemos visto en otros países.

Seguramente, como los personajes del cuento,  te sentirás aislado, por momentos triste, aburrido, preocupado, rumiando calamidades por venir y desesperanzado. También es probable que estés más irritable, que aumentes o inicies el consumo de psicofármacos o alcohol o que te enojes con todo y todos.

Estamos atravesando una experiencia traumática compartida; en una extraña paradoja, estamos aislados pero no estamos solos en esto. El inconsciente colectivo mundial, más allá de las diferencias, se ha alineado frente a la percepción de una amenaza a la propia vida, pero también al colapso global de la economía y a la rara sensación de que la vida ya no volverá a ser igual.-

Consejos para la cuarentena por el coronavirus (COVID-19)

La clave es entender que no sabemos lo que va a pasar pero sí sabemos lo que podemos controlar de uno en uno para alinearnos con los esfuerzos comunitarios para contener la expansión del virus y salir de esta crisis. Esto recién está comenzando y no tenemos idea de qué nos traerán los siguientes seis meses. En el medio estamos en una emergencia nacional, regional y mundial todos juntos.  Se nos ha pedido algo simple y complicado a la vez: quedarnos en casa y reducir interacciones.

Desde la psicología sabemos que el aislamiento y las tareas pasivas pueden conducir a estados de disminución de las respuestas emocionales y a pensamientos más lentos. Puede que te despiertes por la mañana y al recordar la situación te sientas parte de una versión catastrófica del «El día de la marmota».

Inmediatamente pueden aparecer de nuevo tus preocupaciones, ansiedad por búsqueda de nueva información y finalmente la decepción de constatar que -un día más- estas aislado. Existen luego agravantes y atenuantes de esta situación compartida : ¿Vives en una gran ciudad o en un pueblo?¿Tienes espacio propio al aire libre? ¿Vives solo o estás acompañado? ¿Tus relaciones familiares son buenas o son un completo desastre? ¿Tienes hijos pequeños? ¿Eres una persona con hábitos propios? ¿Hobbies? ¿Intereses? ¿Estás acostumbrado a usar Internet? ¿Te gusta cocinar o eres de los que no sabe prepararse un café y le encanta desayunar en un bar?, ¿Tienes un resguardo económico o vives al día? ¿Eres empleado público? ¿Profesional? ¿Independiente? ¿Comerciante?

¿Cómo enfrentar una situación social de aislamiento desde lugares y situaciones tan disimiles?

Ensayemos estas estrategias:

1- Acepta TODAS tus emociones y sentimientos: A menudo nos parece -por una nociva tendencia cultural- que no está bien sentirse mal. Que deberíamos poder siempre con todo, y que si no lo hacemos y  no somos optimistas 24/24 los 365 días del año, no ayudamos al universo.

A ver, es una respuesta esperable sentirse ansioso frente a la incertidumbre, asustado frente a la probabilidad de enfermar, triste por extrañar a los que queremos y desesperanzado cuando tenemos que enfrentar una situación como la que estamos sufriendo. Tememos que cosas horribles nos pasen o le pasen a la gente que amamos. No eres un robot. Estás habilitado para sentirte mal, pero también estás habilitado para hacer aquello que te haga sentir menos mal, o incluso te haga sentir bien.

Vamos a trabajar en lo que podemos controlar y conocemos y aprender a detectar lo  que no podemos controlar porque no sabemos ni siquiera si existe.

2. CONTACTA con familiares y amigos: recuerda que tu Smartphone es básicamente UN TELÉFONO. Sobre todo si estás solo, habla por teléfono aunque sea con una persona al día. Y si tienes un familiar o amigo mayor llámalo. Es verdad, yo tampoco suelo hablar por teléfono, pero tampoco me encierro a menudo por días enteros o sea que esta experiencia puede ser estimulante en más de un sentido. Las videoconferencias también valen, usa Skype, Zoom, Hangout o Whatssapp, descubre con qué aplicación te sientes más cómodo y úsala. Trata de mantener un registro de la experiencia y como te sientes después. Ponte como objetivo  llegar cada día a alguien.

3.- PLANIFICA actividades diarias: tu casa es un espacio como cualquier otro, estar ahí no implica que no haya nada que hacer, más allá de si eres alguien que se dedica al teletrabajo, seguramente te pareces a mí y a tu vecino que venimos procastinando cantidad de temas hogareños.

Cada noche haz una lista de las cosas que harás al día siguiente. Y cúmplela, no te cuelgues con las noticias o con las discusiones de Facebook, calcula bien el tiempo de cada actividad e incluye siempre por los menos

Tres actividades de la vida diaria :

Son actividades de cuidado personal y de la vida diaria aquellas actividades cotidianas con un propósito.

Las ocupaciones cotidianas , son centrales para mantener  la identidad  e influyen en el modo en el que uno emplea el tiempo y toma decisiones.

1) comida : si te gusta, cocina y prueba recetas nuevas ahora que tienes tiempo y si no te gusta , prueba igual!, puede que haya vida más allá del delivery de pizza!, 2) – limpieza e higiene personal – 3) movilidad funcional 4) sexo 5) sueño y descanso

Una o dos actividades manuales : ordena tus placares como si fueras un clon de Marie Kondo, pinta esos porta retratos que llevan meses arrumbados o, si sabes cómo, arregla esa lámpara o encola esa silla y restaura esa mesa que lleva meses arrumbada,  o tira lo que ya no sirve.  Si te gusta coser y tienes una máquina, quizás te sientas útil sumándote a los grupos  de tu zona para coser barbijos o batines

Una o dos actividades que supongan un ejercicio intelectual: leer, escribir, escuchar música, terminar ese curso Online, ayudar a tus hijos con la tarea, etc….

A que te falta tiempo! y eso que no incluí ponerte al día con tus series de Netflix, HBO o lo que sea que te guste.

Lo bueno de ésta estrategia es que cuando te levantes cada día, ya sabrás qué es lo que hay que hacer, es una forma de disminuir la ansiedad que provoca esa sensación (falsa) de «tiempo vacío». Es también una forma de sentirse eficaz y distraerte de las preocupaciones que el tema trae permanentemente.

Al final del día chequea como te ha ido y cómo te has sentido y corrige lo que haya que corregir. Esta es una técnica clásica en Psicoterapia Cognitivo conductual, denominada «activación de la conducta a través del planeamiento de actividades,» cuanto más hagas, más ocupado estarás y mejor te sentirás.

4. VALORA este momento como un espacio de tiempo LIBRE : piénsalo como si fuera una oportunidad de trabajo personal, en el que tienes la oportunidad de disfrutar la disminución de las demandas externas no imprescindibles. Usa este tiempo de una manera inteligente. Vuelve a TU LISTA, en este caso interna. Rumiar y preocuparte no sirve, tampoco compararte. Si tienes miedo al futuro porque tu realidad socio económica es complicada, piensa que no estás solo en esto y que tampoco tu vecino podrá pagar ese crédito, o el alquiler y  opciones habrá…porque siempre las hay. Y si no, no hay nada que puedas hacer hoy. No te adelantes, desmonta los pensamientos catastrófistas.

5.- Haz ejercicio….aunque no te guste. Mira por donde, resulta que todos esos videos de YOU TUBE llenos de actividades anaeróbicas, aeróbicas, zumba, tábata, yoga, pilates, se pueden convertir en tu personal trainer, no necesitas un gimnasio fantástico para hacer un poco de ejercicio. Lograr acelerar tus pulsaciones y exigirte un poco va a hacer que esos neurotransmisores endorfínicos responsables de que sientas placer se activen….justo lo que estamos necesitando que suceda!

6. Come y bebe de una manera controlada: Cuando estamos estresados a menudo abusamos de la comida chatarra o bebemos en exceso. Si no te gusta cocinar, puede que ésta experiencia de confinamiento te enfrente a ansiedades agregadas ¿Qué como? ¿Qué cocino?. Al tener mucho más tiempo para dedicarle, quizás sea una oportunidad de analizar en detalle la historia de tu relación con la comida y quizás puedas descubrir algo interesante respecto a tus hábitos culinarios.

Sea como sea, lo ideal sería que controlemos nuestra tendencia al descontrol en la comida o bebida – si ese es nuestro problema – o que transformemos el momento de la comida en un espacio de creatividad con nuevas recetas, planificando con cuidado y comprando nuestras provisiones con criterio, si nos gusta la cocina. Plantearnos desafíos en ese ámbito puede ser no solo divertido sino básicamente saludable.

7. Apoya a alguien que sepas que está atravesando un momento difícil más allá de la cuarentena: encontrar el sentido de lo que nos toca vivir pasa también por mirar a los costados y conectar con aquellos que sabemos que están solos, que acaban de perder un ser querido o que son depresivos crónicos, sufren de claustrofobia o son vulnerables .

Hacer una llamada o mandar un mensaje para saber como están o qué necesitan los hará sentirse menos aislados. Y tú te sentirás mejor haciéndolo. Sí, ya sé, no te interesa sacar patente de «santo», pero tampoco está mal intentar mirar más allá de tu ombligo.

8. Desafía a la desesperación : Tenemos que tomarnos en serio esta pandemia porque no se parece a nada que hallamos vivido antes, sobre todo en la forma en que se expande, no es que sea menos o más grave que otros cuadros respiratorios igualmente peligrosos si se complican, es que hay muchos «no sé» impactando en las decisiones individuales y grupales.

Pero, en lugar de intentar predecir el futuro, trata de hacer foco en HOY, o como mucho en LA PRÒXIMA SEMANA y no uses tus emociones para tratar de predecir cómo será tu vida dentro de un mes. Algo es cierto, esto también pasará. Tienes el control absoluto de lo que haces cada día no dejes que te gane el desaliento

9. No pierdas tu buen humor…y si ya lo perdiste, busca a ver donde lo dejaste: es sabido que la risa activa el sistema inmune, reduce el cortisol ( la hormona del estrés) y proporciona un excelente tono muscular. La risa disminuye el tono amenazante de cualquier situación, activa sentimientos positivos y crea red social. Elige películas o series divertidas, busca libros Online con narrativas de humor, busca videos que te hagan sonreír. El humor es una estrategia efectiva para sanar miedos y desacuerdos, contribuye a la unión de la pareja en momentos difíciles como este, suaviza la relación con compañeros de teletrabajo , familiares y amigos.

Sigue de cerca los pequeños cambios positivos en tu día a día y recuerda que los seres humanos somos capaces de seguir adelante, de ser resilientes y de superar nuestros límites. Suerte!

 

 

 

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