Lacan, Picasso & Dora

En el taller de Picasso: 16 de Junio de 1940 De pie, de izquierda a derecha: J. Lacan, Cécile Eluard, P. Reverdy, Louise Leiris, Picasso, Zanie de Campan, Valentine Hugo, Simone de Beauvoir, Brassaï.

Sentada ella sola en el café, jugando a una especie de ruleta rusa. Tras quitarse los guantes negros, Dora colocó la mano izquierda sobre la mesa y comenzó a clavar una navaja entre los dedos extendidos. De vez en cuando le fallaba la puntería, se pinchaba un dedo y empezaba a sangrar en abundancia John Richardson

«Jacques Lacan conoce a Pablo Ruiz Picasso a mediados de los años 30 en París. El malagueño ya era toda una celebridad. El francés iba en camino de serlo.

Joven psiquiatra, bajo influencia de Gaetian de Clerembault, Henri Claude y Henri Ey, había hecho una brillante carrera en el Hospital Saint-Anne (y otros centros sanitarios) de la capital francesa hasta encontrar un caso clínico que como anillo al dedo calzó a la perfección en sus teorías sobre la paranoia, estudiadas sobre el terreno, en los clásicos y en los escritos técnicos de Freud, que conocía casi a la perfección, tanto como la filosofía de Spinoza.

La presentación de su tesis de grado, “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad”, en 1932, es simultánea con el comienzo de su análisis didáctico con Rudolph Loewenstein, que duró seis años, agitados por la presencia de sus nuevos amigos, surrealistas, freaks, marginales al establishment de la psiquiatría dinámica a la que Lacan adhería y que gradualmente iba abandonando a causa de su estudio del corpus freudiano, y también de su vida sentimental…..…………………………………………………………………..

La tesis de Lacan no tuvo ningún eco en el ambiente académico, ni una sola reseña. Sigmund Freud mismo recibió una copia que la leyenda dice que jamás leyó y que despachó en enero de 1933 a París de manera escueta: “Gracias por el envío de su tesis”.

El eco que no tuvo en ese ambiente, sin embargo, fue opuesto al alborozo de los círculos literarios, especialmente del surrealista, y de Salvador Dalí, que veía cómo su método paranoico-crítico era retomado por otros discursos. En pocas palabras, Lacan impugnaba una causa única, orgánica, para la psicosis: reivindicaba determinaciones múltiples.

La locura corresponde a una existencia, a una historia personal que afectada, provoca una deformación del yo. Es decir, existe un antes y un después del desencadenamiento, y una cura o atenuación del delirio no sería imposible… …………..…………………………….…………………………….

Para entonces, Picasso no sólo era reconocido sino también millonario y mujeriego. Casado con Olga Kokhlova, enseguida toma como amante a una joven de 17 años, Marie-Thérese Walter, hasta que a principios de 1936 conoce en Les Deux Magots a Dora Maar…………. No se separaron más… hasta 1943, pero el pintor abandonó a Olga, nunca a Marie-Thérese, con quien Dora tenía unas peleas descomunales. Picasso: “La dejé porque tenía miedo. Miedo de su locura. Dora estaba loca mucho antes de enloquecer de verdad”.……..

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Dora consigue desplazar a Marie-Thérese por un tiempo de la atención de Picasso. Pasan inolvidables veranos en Antibes junto a Man Ray, Ady, Eluard, Nush, Lee Miller, Rolland Penrose, Breton y Jacqueline Lamba, desnudos, en hamacas, de cara al sol, entre tragos y pipas de opio.

Pero un verano es un verano, o dos. En 1943, el pintor conoce a Françoise Gilot  y esta vez sí, Dora es abandonada. El colapso nervioso casi la destruye sino es por la pronta presencia de Lacan que la interna un par de semanas en Saint-Anne, evitando los electroshocks, y pasándola a análisis de inmediato.

“Después de Picasso, sólo dios», decía la fotógrafa aplastada por el peso de la fama y el prestigio del andaluz. Dora Maar, en rigor, Henriette Theodora Markovich, entró en una fase mística y se encerró en su apartamento, donde murió en 1997, veinticinco años después que Picasso.

Escribe Richardson:

“En cuanto a la manía mística que le entró a Dora después de su separación, Picasso nos dijo que siempre había tenido una vena mística y oculta (…) La fanática recuperación del catolicismo como consecuencia de su crisis de 1947 había sido la salvación para Dora. Jacques Lacan se hizo cargo de su caso a instancias de Picasso, y al parecer utilizó ese fanatismo a modo de puente para retornar a la cordura. A efectos prácticos, Dora estaba ya completamente curada”.

Sobre la locura, la cordura y la cura habrá diversas interpretaciones, pero pocas podrán sobreponerse a la eficacia terapéutica –este es un caso– de un psicoanálisis que no cede ante una proposición que quizá se identifica rápidamente como un capricho cuando no es más que otra manera de armarse para un duelo y recuperar la potencia del deseo, cualquiera sea. El de Lacan, Picasso o Dora Maar.-«

Pablo E. Chacón

http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Cuando-Lacan-conocio-a-Picasso_0_685731671.html

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Este estupendo  artículo, hace referencia a la especial relación que unió a Lacan con Picasso y Dora Maar. Lacan permitió que el síntoma de Dora hablara a través de una secuencia que ordenaba su demanda de amor y eso solo podía hacerse desde el psicoanálisis.-

A partir de su innegable valor como fotógrafa fuí descubriendo en Dora los detalles de una vida larga y obsesiva.

Algunos datos:

– Dora Maar (Henriette Theodora Markovitch) vive una infancia claustrofóbica  como única hija de un matrimonio desavenido en un país y una cultura que no le pertenece (Argentina). Aprende acerca de la ambivalencia que puede teñir una relación de pareja viendo a su madre callar su rencor ante el autoritarismo de su padre.

– Desarrolla desde muy joven una tendencia hacia lo místico (que no religioso) y lo esotérico, alimentada posteriormente por sus escarceos con los surrealistas y su relación con Georges Bataille, quién habla de los prostíbulos como autenticas «iglesias» y la introduce en el erotismo sado masoquista.

– Su vida con Picasso está marcada por experiencias límites: coprofagia, borramiento de la identidad, obsesión y poder. Dora y Pablo no se casaran ni tendrán hijos pero compartiran una década de tormentosa convivencia. ; ella lo estimula a aceptar el encargo del que saldrá el Guernica y será la modelo de   retratos que van desde la joven inocente hasta la prisionera, la loca, la calavera o el perro.

– Gracias a Cartier Bresson y Brassai comienza una brillante carrera como fotógrafa que abandonará apenas conozca a Picasso, un perverso sustituto paterno. «Después de Picasso solo Dios», será su mantra.

– Incapaz de superar la ruptura con el pintor es ingresada y electrochocada en el Hospital de Sant-Anne  luego de proclamarse «reina del Tibet» y de varios episodios de paranoia.

Poco después inicia su tratamiento con Lacan . «¿Cómo fue en sus inicios el análisis de Dora Maar? No disponemos, hasta la fecha, de ningún apunte de Dora ni de Lacan referidos a esos días. Apenas se cuenta con la revelación de Françoise Gilot, de que Picasso se hizo cargo de los honorarios enviando cheques a fin de mes. «.»Para Picasso, Lacan era simplemente el médico aficionado a las artes y amigo de algunos de sus amigos que, por comodidad, escogió de médico de cabecera, y que Lacan, aunque jamás había ejercido la clínica médica, no pudo negarse a atenderlo por un catarro o una indigestión. Afortunadamente el artista era un sesentón fuerte como un toro y el psiquiatra todavía recordaba cómo prescribir un jarabe para la tos«.(1)

– Finalmente, encuentra en la religiosidad una forma de delirio sistematizado queDora Maar - Deux Personnages Dans Un Paysage. Original. Estimado: Precio: Subasta: Aguttes -02-dic-2013 - Paris. Número de lote: 81 la mantiene «de este lado del espejo» durante casi 40 años en los que desarrolla una discreta actividad como pintora eludiendo definitivamente la pasión por la  fotografía.

Dora no pudo resolver nunca su relación con  Picasso, nunca pudo recuperar todo lo que había depositado en él: su capacidad de disfrutar a través de la creatividad, la intención  de superar sus obsesiones. Nunca pudo volver de ese viaje a la oscuridad que se inicio con la mirada de Picasso.

Podemos acercarnos a ella encontrando similitudes entre su historia y la de Camille Claudel y su tormentosa y desgraciada relación con Rodin, indagando en la relación inversa entre la creatividad, la  construcción del Yo  y la psicosis, buscando la clínica de las relaciones con los objetos primarios de amor para finalmente concluir que la relación con Picasso terminó siendo su trampa y su laberinto……al decir de Alicia Dujovne Ortiz : eterna «prisionera de la mirada»

Para saber más:

-Dujovne Ortiz, Alicia: «Prisonnère du regard«.Ed Grasset.2003

– Lord. James : «Picasso & Dora. Una memoria personal». Ed.Alba. 2007

-Caws, Mary Ann: Dora Maar : «With and without Picasso«. Ed Thames&Hudson.2000.

(1)  Baños Orellana, Jorge: «La Novela de Lacan»http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=988

 

Relaciones que enferman: el caso Oscar Wilde

«Nuestra desdichada y lamentable amistad terminó para mí en la ruina y en la infamia pública. Sin embargo el recuerdo de nuestro antiguo afecto me acompaña a menudo y me resulta muy triste la idea de que odio, amargura y desprecio deban ocupar para siempre el sitio que en mi corazón perteneció una vez al amor». De Profundis

De la misma forma en que la relación de Constance Lloyd con Oscar Wilde se transformó en una relación que enferma, llevándose por delante todos su proyecto de vida como mujer de su tiempo  y esposa de un hombre al que amaba y admiraba, así también la relación de Oscar Wilde (1854-1900) con  Lord Alfred Douglas (1870-1945)  se transformó en un vínculo patológico, que lo terminó llevando a un final quizás inmerecido.

Se conocieron en 1891, cuando  Douglas (Bosie) tenía 21 años y Wilde 37 años y ya llevaba varios años casado con Constance. Sus escarceos con la homosexualidad-prohibida en la época victoriana-habían comenzado en Oxford pero fue en 1886  en que la relación con Robert Ross -un muchacho de 16 años- le abrió un mundo diferente; con él exploró la alegría y el placer de la relación entre hombres  e inició un amistad que se prolongaría hasta su muerte. Ross no solo lo amó sino que estuvo junto a él , fué su albacea testamentario y un amigo incondicional.

Sin embargo, pudo más el vínculo destructivo que estableció con Bosie y que terminó en una verdadera tragedia. La historia es tan increíble como cierta y lleva a pensar en la oscuridad que la pasión puede llegar a  alimentar . Wilde era amado por dos seres excepcionales: Constance y Robbie, ambos le daban la oportunidad de establecer un vínculo de crecimiento y de consolidar su personalidad con rasgos de genialidad. Pero pudo más la obsesión de una relación que nunca se consumó.

 «La sodomía»- escribirá Bosie- «no tuvo lugar jamás entre nosotros, ni fue nunca intentada, ni se nos pasó siquiera por las mentes. Wilde se condujo conmigo como los muchachos mayores se suelen conducir con los más jóvenes en el colegio».

  Douglas admiraba a Wilde pero no sentía atracción física por él, su deseo se limitaba a las personas de su edad o menores que él,  introdujo a su amigo en los bajo fondos  de la prostitución masculina londinense mientras  derrochaba su dinero; era  un ser que nunca pudo superar una relación edípica conflictiva y con un perfil que hoy podríamos diagnosticar como «Trastorno límite de personalidad».

¿Por qué Wilde quería retenerlo? Quizás «El retrato de Dorian Gray» nos dé algunas pistas, puede que Alfred fuera su nemesis como Dorian y Henry.

Wilde amaba la belleza y él mismo se iba convirtiendo en una persona físicamente poco agraciada, a los 37 se consideraba un viejo; Douglas le devolvía una imágen de belleza narcicisista absolutamente autoerótica, quizás por eso eran tan poco importantes las relaciones sexuales; era un niño mediocre que deseaba escribir, un completo inútil; Wilde, por su parte, se esforzaba en mantener su obra cuanto más se hundía a causa de Alfred: «La importancia de llamarse Ernesto», «Un marido ideal», son escritos desarrollados en la dificultad y a pesar de la debacle de su vida.

De Profundis, escrita en prisión en 1897 y publicada por Ross en 1905, nos aclara mucho de la increíble versatilidad emocional de Wilde en lo que a Douglas se refiere. A nadie se le escapa que lo que pasó podría haberse evitado, esos juicios eran innecesarios, esa condena superflua y su final evitable, salvo que tomemos seriamente en cuenta su veta melancólica que lo llevó a privilegiar la pulsión de muerte por sobre cualquier otra posibilidad de supervivencia. Ya no se trata de Bosie, sino de lo que Wilde pudo hacer y no hizo  respecto de Bosie y de sí mismo.

El tema de De Profundis no es otro que la tragedia como única posibilidad y la crítica social del momento histórico que le toca vivir en el marco de un conflicto político:  sus orígenes irlandeses y  la lucha de su madre en contra del imperio inglés,  lo convierte en víctima de la intolerancia del  opresor.

Por otra parte, es un intento de racionalizar su sufrimiento : «Donde hay pena hay un espacio santo» (DP,29), «Porque el secreto de la vida es el sufrimiento» (DP,57). Curiosamente, esa filosofía era también la de Constance. También se desprende del texto de Wilde su enorme voluntad y determinación de convertir su desastre en una transformación estética, un intento de sublimación por su arte que ya había aparecido en las fallidas veces en que quiso alejarse de Douglas: «Aparece en mí la necesidad de definirme como artista cuanto antes mejor. Si soy capaz de producir solo una hermosa obra de arte, seré capaz de despojar a la malicia de su veneno» (DP, 50).

Wilde salió de la Carcel de Reading en 1897, como un ser invisible socialmente, a quién nadie saludaba ni reconocía como el gran escritor que seguía siendo . Pese a las amenazas del Marqués de Queensberry (padre de Bosie) y las condiciones de Constance para no retirarle la pensión y el contacto con sus hijos, Wilde y Bosie se reunieron nuevamente en Nápoles!!. El final trágico estaba servido, Bosie quería ser aceptado como poeta más allá de Wilde por lo que  ser vistos juntos era motivo de escarnio y finalmente lo abandonó.

Douglas pasará los siguientes 45 años hasta su muerte en una suerte de metáfora de Dorian, transformándose en una caricatura de sí mismo como litigante perpetuo, homofóbico, católico y antisemita,  peleando con todos y encontrando una fuente de ingresos en entablar juicios por difamación. Se casó con la poetisa Olive Cunstance en 1902, se separó en 1913 después de arruinar económica y literariamente a su mujer, tuvo un hijo que heredó su psicopatología y pasó casi toda su vida en un asilo psiquiátrico.

Oscar Wilde  solo y una vez más quebrado económicamente, fallece a los 46 años, el 30 de Noviembre de 1900 , en París, en el Hôtel d’Alsace, núm. 13, de la Rue des Beaux Arts.  Una meningitis que empezó como una otitis aguda acabará con su vida  a sus 46 años.-

 

Para saber más:

Wilde, O:  De Profundis, Ed. Alianza

Ellmann, Richard : Oscar Wilde

Holland, Merlin : Oscar Wilde, una vida en cartas

 

 

 

Relaciones que enferman: el caso Constance Lloyd Wilde

«Prepárate para una asombrosa noticia, estoy prometida a Oscar Wilde y me siento absoluta y locamente feliz»  Carta de Constance a su hermano Otho

Constance LLoyd nació en Dublín el 2 de Enero de 1859, en el seno de una familia de abogados. Mitad inglesa y mitad irlandesa, conocerá a Oscar Wilde en 1879 en una reunión organizada por  la madre de este, la poetisa irlandesa Jane Speranza Wilde

Constance, era una joven sensible, de exuberante belleza, llamativa cabellera de color castaño y rasgos muy delicados;  leía a los clásicos italianos y franceses en su lengua original, tocaba el piano y estudiaba a Shakespeare y Keats.

A pesar de pertenecer a una familia acomodada que,  sin ser aristocrática, gozaba de gran respeto social en los más altos niveles de la sociedad victoriana, no desdeñó la posibilidad de utilizar sus conocimientos y su talento para fines prácticos dando conferencias y escribiendo.

Su historia personal está marcada por la temprana muerte de su padre, consejero de la reina (1874), que tendrá en ella un efecto demoledor.  Su madre, Ada Atkinson Lloyd,  se ensaña con su hija haciéndola objeto de insultos, amenazas y golpes y convierte su desinterés en la maternidad en franca violencia.

Su hermano Otho recordará más tarde los «continuos desaires en privado y sarcasmos y groserías en público» a los que se vio sujeta Constance, hasta llegar a la violencia física en la que se incluían «amenazas con los morrillos de la chimenea y golpes en la cabeza contra la pared». Es imposible que una adolescente pasara por esto sin afectar profundamente su personalidad.

Luego desarrollará una timidez patológica y una tendencia a la irritabilidad y al malhumor; el daño no será solo emocional sino que la violencia física influirá también  en su salud.

A pesar de estas tempranas dificultades, Constance se interesa por la filosofía y el Esteticismo entendido no como una moda sino como una declaración de principios. Al buscar la comodidad para la mujer, los estetas manifestaban también un ansia de liberación que iba más allá del bienestar físico; en la liberación del corsé y los miriñaques, 100 años antes que se quemaran los corpiños, se veía a las mujeres como capaces de  disfrutar de su cuerpo, llevar adelante una carrera personal  y tener derecho al voto.

Hasta 1882, todas la mujeres casadas estaban subordinadas al marido y las propiedades y derechos que pudieran poseer antes del matrimonio pasaban a su dominio, pero ese año la Married Women`s Property Act (Ley de mujeres casadas) marca una revolución en los derechos de la mujer, ya que por primera vez se permite que una mujer casada tenga a derecho a propiedades y cuentas bancarias propias  y a poner demandas sin la intervención del esposo.

Constance se beneficiará de ese cambio al poder preservar su fortuna de la debacle económica de Wilde y participará activamente en esta tendencia, pero  no podrá sustraerse al rol tradicional de la mujer como sostén moral y afectivo de su pareja y columna vertebral de la familia.

Por su parte, Oscar Wilde es ya un poeta y crítico famoso. Egresado  de Oxford alterna su tiempo escribiendo y dando conferencias en Dublin, Londres, Edimburgo y New York. Su aspecto es llamativo: alto,  pelo largo y ropa

bohemia: pantalones claros, chalecos de colores, corbata de seda blanca, guantes lavanda y flores extravagantes  en el ojal.

Entre ellos saltan chispas y Constance, que había sido cruelmente reprimida, primero por su madre y luego por su tía paterna, convierte a Wilde en objeto de un amor idealizado. Al casarse, en mayo de 1884 -con un vestido diseñado por Wilde- entrará en el mundo de la fama y participará activamente de la imagen que él quería dar.

Se suceden las notas sociales en revistas de moda y los eventos públicos y privados en los que,  a menudo, la pareja se ponía de acuerdo para vestir a juego en  lo que podríamos denominar «una  audaz estrategia de marketing personal».

No obstante, no es posible afirmar que el casamiento obedeciese a alguna cuestión puramente económica o publicitaria. Todo parece indicar que existía un fuerte vínculo entre ellos y que Wilde estaba convencido de que era capaz de ser un un buen marido. Pasaba por alto que su estilo narcicista lo llevaría a estar mucho tiempo alejado de su casa en compañía de grupos de jóvenes admiradores y frecuentando otros estratos sociales menos glamourosos.

No obstante, la imagen que proyectaban en público en los comienzos de su matrimonio y hasta unos años después, era de coincidencia de objetivos y una fuerte complicidad. La rápida llegada de los hijos- Cyril en 1885 y Vivvian en 1886- marcan el comienzo de la separación de la pareja. Oscar no soporta los cambios físicos que los embarazos provocan en su esposa y el contacto íntimo desaparece.

Constance sigue siendo la misma mujer callada, de carácter fuerte y responsable de su imagen social y Oscar sigue cumpliendo con sus deberes como padre y  queriendo a su mujer…pero a la distancia.

Aún en 1893, cuando Lord Alfred Douglas- ese joven atractivo, caprichoso y arbitrario-  domina  ya la vida de Oscar, Constance continúa creyendo que la conducta sexual de su marido es «normal» y que duerme en hoteles caros alejado de su hogar en Chelsea,  porque necesita tiempo y tranquilidad para escribir.

Quizás, en el fondo, quiere mantener la lógica victoriana en la que dos hijos son suficiente muestra de su heterosexualidad.

Su actitud hacia los gastos desmesurados de su marido propiciados por Douglas y la reiterada presencia de éste en su casa, es difícil de evaluar si analizamos la contradicción entre las cartas de Douglas y los escritos de Wilde.

Todavía en 1894, a raíz de las dificultades financieras de su marido, Constance se lanzará a publicar Oscariana (1895), una selección de aforismos sacados de las obras de Wilde. La obra es publicada por Arthur Lee Humphreys, con quién al parecer, tendrá una relación sentimental, quizás en un intento de volver a sentirse cuidada y querida.

Pese a su juventud, hace tiempo que la salud de Constance se ha resentido. A su debilidad congénita se agregan dolores de cabeza, espalda, brazos, piernas y cara. Esa «neuralgia», como ella la denomina -y que hoy se diagnosticaría posiblemente como «fibromialgia»- avanza hacia una parálisis intermitente de brazo y pierna derechos, como consecuencia de una caída de una escalera en su residencia de Tite Street.

En 1895, cuando ya el escándalo ha estallado, se somete a una operación que le ocasiona poco alivio e intenta compaginar su sufrimiento físico con sus deberes legales y las demandas afectivas de sus hijos durante el juicio a Wilde.

Posteriormente, se radicará en Suiza, cambiará su apellido y el  de sus hijos por Holland y buscará rehacer su vida, pero morirá en 1898 a los 40 años, como consecuencia de una segunda operación de la espina dorsal (o quizás tumores uterinos, este tema nunca se aclaró debido a que ella mantuvo la operación en secreto).

¿Por qué Constance nunca se divorció y siguió sintiéndose orgullosa de los dones literarios de Oscar y sufragando sus gastos  a pesar de toda la tragedia que le trajo esa relación?

Quizás tenga que ver con su incapacidad de asumir su enojo,  su frustración, su depresión  y la contradicción entre sus sentimientos y emociones por un lado y sus convicciones morales y sociales por otro. Sus problemas físicos crónicos aparecen como una metáfora de  los duelos  por la pérdida de relaciones significativas de su vida, primero su padre, luego su madre y por último su marido.

Su enorme capacidad de resiliencia – sostenida en su lema Qui patitut vincit: Quien sabe sufrir, triunfa-  no podrá  evitar el aborto de su proyecto de vida personal lleno de posibilidades y el vuelco trágico que la transformará en una víctima más de la doble moral victoriana.-

Para saber más:

Moyle, Franny : «Constance, la trágica y atormentada vida de la esposa de                                              Oscar Wilde«. Ed Circe, Barcelona, 2013

Ellmann, Richard: «Oscar Wilde«, Ed Edhasa, Barcelona, 1990

Anne Clark Amor: » Mrs. Oscar Wilde: A Woman of Some Importance (1983)

Joyce Bentley:         «The Importance of Being Constance» (1983).

Relaciones que enferman : el caso Mileva Maric Einstein

«Hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famoso a mi marido». Mileva Maric

Mileva Maric (1875-1948) pertenecía a una familia serbia en la que abundaba el  talento y un profundo respeto por la inteligencia en todas sus formas. Su padre tuvo que solicitar permisos especiales para que  su hija pudiera seguir estudios a nivel de instituto, que estaban reservados solo para hombres,  Mila  logrará a los 15 años, las mejores calificaciones en física y matemáticas en el Instituto de Secundaria de Zagreb, al que asistían sólo dos mujeres.

En 1896 ingresa  en la Universidad de Zurich, una de las más prestigiosas de Europa en el S. XIX  y se matricula en la Escuela Politécnica de Zurich para estudiar matemáticas y física. Allí conocerá a Einstein.

Ambos compartían su amor por la ciencia y la música y se cuenta que a menudo abandonaban sus clases regladas para dedicarse a sus propias investigaciones.

Planeaban dedicarse a la docencia una vez acabados los estudios, incluso optar por un puesto en la universidad, pero estos planes se verán frustrados.

Einstein no consigue acceder a un puesto de profesor ayudante debido a su mala relación con el catedrático de física matemática y técnica H. Weber y Mileva no logra pasar el examen final de Licenciatura  y desarrollar el proyecto de investigación que tenía pensado para su tesis doctoral  debido a que queda embarazada. El paradero de esa hija-Liserl- es desconocido, su rastro se pierde un año y medio después de su nacimiento.

Mileva y Albert se casarán en 1903 y se instalarán en Berna iniciando un período sumamente prolífico de producción científica. El matrimonio es, en esta época, una fuente de felicidad para ella.  Lleva toda la carga de la vida cotidiana y además aporta al trabajo de su marido su brillante visión como matemática y una actitud de fé en su trabajo y energía sin límites. En 1904 nacerá su  hijo Hans Albert y en 1910 su hijo Eduard «Tete»  quién con el tiempo desarrollará esquizofrenia.

Mileva no participaba en la creación de las ideas de Einstein pero las sometía a prueba, las discutía con él y le daba una expresión matemática a sus razonamientos. Sin Mileva es probable que Einstein nunca hubiera desarrollado su teoría; era indeciso, vacilante, le costaba decidirse y cambiaba continuamente de opinión, también pasaba por crisis en las que dejaba de creer en él. Mileva, por el contrario, nunca dudaba de su genio.

1905 es un año de inflexión que marca el comienzo de la fama de Einstein y también  de una serie de cambios que terminarán con los proyectos profesionales de Mileva. Cuando  le preguntaban  por qué no firmaba los artículos que elaboraba junto a su esposo, su respuesta era: «Wir sind ein Stein!» (Somos Ein stein), que en alemán significa «somos una misma piedra».

Aunque su casa sigue siendo punto de encuentro de científicos y de debates estimulantes, la actitud de Einstein hacia Mileva cambia. Mientras él es un científico reconocido mundialmente, Mileva deja de ser la mujer excepcional con la que se relaciona como amiga y colega y con la que comparte sus proyectos.

Las sucesivas mudanzas – primero a Praga y luego a Berlín detrás de las cada vez más suculentas ofertas de trabajo de su marido- solo aumentan su malestar, su enojo y su ensimismamiento y el sentimiento de sentirse  rechazada por el entorno laboral y familiar de Albert.

La madre de Albert, una alemana misógina y xenófoba, que nunca vio con buenos ojos a la serbia le decía a menudo : “Ella es un libro igual que tú, pero lo que tú necesitas es una mujer» Por esa época, Einstein inicia una relación sentimental con su prima  Elsa Löewenthal, cinco años mayor, divorciada y con dos hijas, amante del lujo y acostumbrada a frecuentar círculos influyentes.

Mileva comienza a descuidar su aspecto exterior, se vuelve cada vez más callada y se vuelca a sus hijos, en los últimos tiempos de convivencia ya no inicia por iniciativa propia ninguna conversación, pierde los nervios con frecuencia y se vuelve obsesiva con el orden y las rutinas.

Cuando decide cortar esta situación y regresar a Zurich con sus hijos,  lleva ya varios años trabajando más allá de sus fuerzas  y en una total renuncia de cualquier interés personal. Su salud física no es buena, coja de nacimiento, hacer frente al día a día es cada vez más complicado.

El divorcio llegará en 1916  y se hará efectivo en 1919. Ella reacciona cayendo gravemente enferma, con repetidas crisis cardíacas pasa sus días en completa soledad y aunque sus amigos permanecerán a su lado, nadie podrá trabar verdadero contacto.

Todavía en 1920 Mileva cosía ella misma toda su ropa y la de sus hijos a partir de reciclar prendas en desuso; sus amigos ignoraban sus penurias económicas y ella seguía defendiendo a capa y espada la reputación de su ex-marido, leyendo mucho y asistiendo a conferencias y conciertos cuando su salud se lo permitía. En 1922 Einstein recibe el Premio Nobel y entrega toda la dotación económica del premio a Mileva, cumpliendo así una de las clausulas del divorcio.

Llega una relativa calma económica pero en 1929 la conducta errática de su hijo Eduard desemboca en un brote psicótico. A partir de ese momento y durante los siguientes 20 años, su vida transcurre entre enfermeros y sanatorios.

Vivirá sumida en una constante preocupación por Tete; su cuidado, los enfermeros y las estancias en el Sanatorio Burghölzli le ocasionarán grandes gastos, de modo que deberá impartir más clases de matemáticas y música, su vida social se reducirá a unas pocas personas de confianza, alguna salida al cine y sus placeres serán cuidado de su terraza de cactus y  la música.

Quizás haya encontrado otra forma de identificación narcisista en ese hijo brillante, estudiante de medicina,  que ha pasado de una amor y admiración sin límites por su padre a un odio abierto. En una carta de 1930 Tete se quejará a su padre de que su sombra pesa sobre él más que una roca que lo va hundiendo poco a poco. ¿Era también el sentimiento de Mileva?

La salud de Mila se resiente aún más, tiene repetidos infartos cerebrales que van dejando secuelas, finalmente muere en 1948 luego de un derrame cerebral que la deja paralizada del lado izquierdo.

Su caso mezcla lecturas relativas a cuestiones de género sobre la incapacidad de elección para una mujer de la que se espera que sea esposa y madre y apoyo de su pareja  con otros temas menos claros ligados a su subjetividad.

La relación con Einstein basada en una comunicación complementaria nunca se resolverá, Mileva será siempre una mujer reservada con muchas dificultades en la gestión  de sus  emociones. Sus escasos recursos para expresar su deseo y definir su proyecto vital se transformarán en una capacidad ilimitada de renuncia, un tipo de relación de objeto basado en el sobre investimiento y en un inexorable empobrecimiento del YO en favor de ese objeto. La enfermedad física será entonces una consecuencia inevitable de este proceso.-

En este caso, la relación afectiva de Albert y Mileva no solo interesa como ejemplo de una relación que enferma a una de las partes sino que la pregunta final es ¿Cuál habría sido el destino de la Física contemporánea si  aquel otoño de 1896 no hubieran coincidido en el mismo curso de matemáticas y física en la Universidad de Zurich?

Fuente:

Trbuhovic-Gjuric Desanka: «A la sombra de Albert Einstein», Ed. De la Tempestad- Barcelona- (1988)

http://www.teslasociety.com/Mileva.htm

http://francis.naukas.com/2009/01/23/el-papel-de-mileva-maric-en-la-obra-de-albert-einstein/

http://www.amazon.com/In-Alberts-Shadow-Letters-Einsteins/dp/080187856X

http://www.pbs.org/opb/einsteinswife/

http://www.experientiadocet.com/2009/12/einstein-ymileva-maric-einstein.html

Detectando la violencia de género

«TE QUIERO tanto que no puedo vivir sin tí. No salgas, hoy quédate conmigo. Aquí, los dos juntos. ¿Para qué necesitamos a nadie más? Te adoro, no soportaría perderte….¿Cortarte el pelo?Ni se te ocurra, así estás preciosa. Esa amiga tuya no tiene ni idea de lo que a tí te queda bien. De hecho, no la soporto, siempre quiere sacarte de casa. No es tu culpa que ella sea una desgraciada y no tenga a nadie que la quiera. Pero tú sí, tu me tienes a mí. Nadie te va a querer como yo…¿Cansada? Porque tú quieres; en el trabajo te toman el pelo.¿Que si deberías dejarlo?Por supuesto, por esa mierda de sueldo que cobras estás descuidando al niño…»

Fragmento de «El verdugo en casa» El Periódico 3/02/2011.-

Como familiares, amigos, compañeros de trabajo estamos en condiciones de ayudar a una mujer víctima de algún tipo de violencia de género. No se trata solo del golpe  o los dolores de compleja explicación sino de otras señales a veces más sutiles.

¿Que le puede pasar a la mujer?

Puede que sea retraída y se aísle del entorno, que no participe en charlas o debates cuando está su marido y sí lo haga si está sola

Puede ser una persona ansiosa

Puede no valorar sus logros personales o no gustarse físicamente

Puede no hablar nunca de su vida familiar

Puede ser una persona que nunca dice NO de frente

Puede que sea una persona que no se anima a tomar decisiones que supongan gasto de dinero

Puede que sea una persona que nunca sale sin su pareja ni tiene actividades o amistades que no sean compartidas

Puede que sea una persona que se autoexige laboralmente y que excusa a su pareja si es exactamente lo opuesto

Puede que sea una persona que justifica siempre los argumentos de su pareja

Puede que sea una persona que sobrevalora los logros de su pareja

Puede que a veces tenga golpes, moretones o contusiones  que no sabe explicar

Puede que sea una persona con tendencia a idealizar y dificultades para ver los aspectos difíciles de cualquier situación

Puede ser una persona que reacciona en exceso a situaciones de tensión en los grupos

¿Que le puede pasar al hombre?

Puede ser un hombre «normal», si es que existe la normalidad

Puede tener un nivel educativo o profesional o económico medio o alto

Puede ser un violento verbal

Puede justificar más o menos abiertamente la «inferioridad social» femenina

Puede tener problemas de autoestima encubierta

Puede ser egoísta, autoritario, mentiroso y dominante

Puede ser poco empático en público con su pareja y muy empático con el resto de personas que trata

Puede ser un seductor nato y utilizar las relaciones sexuales como una forma de «arrepentimiento»

Puede decir con más frecuencia que la media : «YO creo» «Yo le dije» «Yo necesito» «Yo no voy a…»

Puede tener tendencia a resolver los conflictos de forma violenta (verbal ó física)

Puede ser una persona con altos niveles de ansiedad

Puede tener escaso o nulo control de su ira

¿Que le puede pasar al hijo o hija?

Puede tener problemas de conducta en el colegio

Puede tener problemas de aprendizaje o de relación con los demás

Puede ser un niño ansioso o triste

Puede ser un niño que en su casa está «en su mundo»

Puede que sea un niño que intenta defender a su madre aún cuando no sea necesario

Si te parece que una persona de tu entorno está sufriendo algún  tipo de violencia:

1) No la juzgues e intenta entenderla

2) Favorece situaciones en las que pueda hablar de lo que le pasa y en las que puedas contarle tu impresión desde afuera

3) No la dejes sola, evita que se aísle

4) Explícale donde y como puede pedir ayuda

5) Llama a la policía si crees que su integridad está en peligro

¿Y si te pasa a tí?

Pedir ayuda no te compromete a decidir sobre lo que deseas o no deseas hacer, pero te dará información sobre tus opciones, cuando la violencia comienza generalmente se agrava y para salir de ella necesitarás ayuda externa.

1)  Si tu situación es de riesgo y urgente,tienes derecho a pedir :

  •      asistencia médica
  •      asistencia jurídica
  •      alojamiento de urgencia si tienes que dejar tu domicilio
  •      una orden de protección si crees que estás en peligro

2) Si tu situación no es urgente pero tiene que ver con abusos psicológicos o económicos crónicos y prolongados en el tiempo,  tienes derecho a:

  • informarte sobre tus opciones
  • hablar con tus amigos o familiares sobre lo que pasa
  • no vivir asustada, agobiada, triste e insegura sobre tu futuro
  • pedir ayuda profesional para entender por qué entraste y te mantienes en esta relación

Recursos :

/ Línea 900 900 120 contra la violencia machista 

Asesoramiento psicológico, social y jurídico las 24 hs

Para saber más:

http://www.gencat.cat/dones  Institut Catalá de les Dones

http://www.unwomen.org.es  ONU mujeres

http://www.saynotoviolence.org/es ONU MUjeres, plataforma de acción global online

Relaciones que enferman: el caso Dora Maar

Dora Maar, Picasso y Ady y Kasbec en Antibes. Foto de Man Ray

«Solo existen dos tipos de mujeres, diosas y felpudos y ninguna tiene importancia para mí. Hasta donde me importa, las personas son como pequeños granos de polvo flotando a contraluz» Pablo Picasso

Cuando Dora Maar (1907/1997) se encuentra con Picasso a finales de 1935 en la rueda de prensa de Crime de Monsieur Lange, – el maravilloso film de Jean Renoir en el que ha trabajado como fotógrafa de plató- es ya una reconocida figura de los medios artísticos parisinos.

Fotógrafa profesional desde 1931 se mueve con solvencia en el mundo de la moda y la publicidad,  es amiga y colaboradora de Harry Ossip Meerson, su trabajo es elogiado por Brassaï y frecuenta a  Cartier Bresson  y Man Ray. Es además pintora y poeta.

Nacida en Tours (Francia) en 1907, hija de madre francesa y de padre croata, ha vivido hasta los 21 años en Argentina, donde su padre -Joseph Markovitch,arquitecto- trabajó en diversos  proyectos a las órdenes de otro croata- Nicolás Mihanovich- y por lo tanto habla perfectamente español.

Profundamente involucrada en el surrealismo y comprometida políticamente con la extrema izquierda brilla con luz propia no solo por su trabajo de «fotografía de calle»  en los que retrata la miseria y la marginalidad de los personajes que encuentra en Barcelona o París, sino por sus fotomontajes  inspirados en las ideas surrealistas.

 

Esas ideas hablan de una realidad superior, a la que se accede poniendo en contacto dos mundos, la vigilia y el sueño,  para buscar la liberación del inconsciente y con ello una nueva forma de pensar que terminara con la dictadura exclusiva de la lógica y la moral.

Es una mujer de hermosos ojos verde pálido, cabello negro, voz agradable y manos de largos dedos terminados en uñas a menudo pintadas de distintos colores; tiene fama de femme fatale a raíz de su relación dolorosa y atormentada con Georges Bataille, que en su vida privada es un asiduo de los prostíbulos y un masoquista.  Es además una intelectual inteligente, con una intensa vida social y un exquisito humor negro. La obsesión erótica de Bataille por el masoquismo la acerca al sufrimiento como generador de deseo y a la culpa como contexto de la transgresión, pero siempre logra ir más allá de ser solo la amante vulgar de un famoso.

Es también alguien que sufre frecuentes cambios de humor y tolera muy mal la frustración, es orgullosa, original y testaruda. El comienzo de su relación con Picasso es  el comienzo del fin de la identidad que había construido hasta ese momento. Sin esa relación quizás su evolución como fotógrafa se hubiera desarrollado en plenitud y su creatividad se hubiera consolidado.

En muchos aspectos, Dora supera intelectual y culturalmente al pintor que es un creador y no un consumidor de cultura, pero Picasso la transformará en su musa, en  la mujer que llora. Ella resiste durante una década y desarrolla un innegable poder sobre él,  es una interlocutora sólida sin abandonar su belleza mientras comparte su mundo y su pintura.

 

 

Dora está detrás de la grandiosidad del Guernica y es la modelo de innumerables retratos, es también su maestra en temas políticos y sociales y una partenaire generosa en su complicada vida sexual. Documenta su trabajo de una manera tan minuciosa que nos permite  comprender como pensaba el artista.

Dice Anne Baldassari  en Le Monde: «Si se estudian las fotos (que realizó ), se ve que Picasso las usó para llevar a cabo Guernica«. Después del Guernica Dora deja la fotografía por la pintura y se deshace de sus equipos; proyectores, cortinas y luces terminan en el estudio de Picasso; los focos de Dora son usados para iluminar el trabajo de Picasso durante la ocupación y los telones para oscurecer su estudio.

En 1945,  Picasso ya se aburre de la testarudez y el desequilibro de Dora que en una ocasión dice que le han robado su perro que luego aparece andando por el muelle y otro día denuncia la pérdida de su bicicleta, mas tarde la encontrarán intacta.. Cuando conoce a Françoise Gillot, el tiene 61 años-ella 21-.

Dora se transforma en una mujer celosa y mucho más inestable; él dirá luego que la abandona asustado por su desorden mental que comenzó antes de la ruptura y de la aparición de Gilot. La encuentran desnuda en la escalera, obliga a Picasso y a Paul Eluard a arrodillarse y pedir perdón por sus pecados y finalmente es sacada de un cine y llevada a un hospital psiquiátrico en el que será tratada con repetidas sesiones de electroshock que repercutirán gravemente en su artrosis pasados los años.

Rescatada por Lacan y con la autorización de su padre  ingresa en la clínica de Bonneval e inicia dos años de análisis con él. Según Picasso, Lacan debió optar entre abandonar a Dora a sus delirios o permitir el desarrollo de sus tendencias místicas. Es probable que tenga razón porque en su misticismo encontramos antiguas cuestiones masoquistas en las que la culpa ocupa un lugar central.  Después de un breve paso por el ocultismo y el budismo, Dora  abraza el catolicismo con una fe que ocupará los últimos 40 años de su vida y la llevará a un progresivo aislamiento social después de finales de los `60.

«Después de Picasso, solo Dios» había dicho Dora;  «No se puede hablar  del amor sin hacer referencia a Dios como goce del Otro, más allá del cuerpo, allí donde no hay palabras y donde podría estar ─si existiera─ La mujer» dirá Lacan.

Pasa los últimos años de su vida pintando, en la convicción que será reconocida como una gran pintora, comunicándose solo por teléfono con amigos y marchands, sin abandonar sus intereses económicos, sosteniendo su ecuación dinero X amor y manteniendo sus bruscos cambios de humor. El crítico de arte Edouard Jaguer dirá de ella: «Era una persona extraña, bizarra, ambigua y hasta amenazante» «Su fuerza de carácter refutaba todo lo que se dijera de ella, hasta no aceptar ningún tipo de consejo».

Su relación con la Iglesia hace que, de tanto en tanto, abra su casa de Mènerbes en la Provençe (regalo de Picasso) para las monjas que trabajan con madres adolescentes.

Dora Maar muere el 1 de Julio de 1997 . Le Monde anuncia su muerte diez días después.

 

Picasso – “Portrait of Dora Maar” – 1937 and “Weeping Woman” – 1937

Fuentes : Caws, Mary Ann : «Dora Maar: with and without Picasso». Ed. Thames Hudson (2000)

Combalía, Victoria : «Mas allá de Picasso».Ed. Circe (2013)

Lord, James: «Picasso y Dora: Una memoria personal».Ed.Alba (2007)

Dujovne Ortiz, Alicia: «Dora Maar: Prisionnere du regard».Ed. Grasset (2003)

Lacan, Jacques: El Seminario, Libro 20, Aún. Ed. Paidós

Relaciones que enferman : el caso Camille Claudel

Camille Claudel en el taller de Rodin ca 1899

Camille Claudel nace en Aisné el 8 de Diciembre de 1864, dieciséis meses después del fallecimiento de su hermano Charles Henri, ocurrido 15 días después del nacimiento. La muerte de este hijo sume a su madre en una depresión que se agrava cuando de su segundo embarazo nace “una niña”. El padre, por el contrario, se fascina con la pequeña, con su vitalidad y belleza , y deposita en ella sus sueños e ideales.

Luego nacerán Louise, dos años menor que llevará el nombre de su madre y será bien acogida por ella y Paul  dos años más tarde.

Desde pequeña  Camille desarrolla un extraordinario talento para modelar que es socavado por su madre quien considera que no se ajusta a las reglas burguesas de la época.

A los 18 años conoce a Auguste Rodin, (gracias al apoyo de su padre que hace oídos sordos a las criticas familiares) en esos momentos el escultor tiene 43 años, muchos problemas financieros y poco reconocimiento y vive con Rose, una mujer sumisa y con poca cultura; Camille se transformará en su discípula y amante en una relación que durará casi 15 años.

Su cercanía al  artista  le permite introducirse en el mundo de la escultura, aún siendo su arte creativo y personal permite  que Rodin firme alguna de sus propias obras y deja que la exhiba como acompañante joven y bella antes que como artista y colega.-.

Su relación terminará convirtiéndose en un vínculo de crecimiento y competencia personal y también de fuerte enfrentamiento de egos ante los intentos de Camille de afianzarse profesionalmente y con nombre propio.

Su ruptura con Rodin, que se niega a abandonar a Rose Beuret para casarse con ella, precipita su alejamiento de los ambientes artísticos  por haber perdido el apoyo «paternal» y social que Auguste le proporcionaba.

Sin embargo al mismo tiempo continúa con una arriesgada propuesta artística e intentando lograr una identidad personal; su primer distanciamiento de Rodin a los 26 años coincide con su período más creativo; en esa época comienza su relación con Debussy, su vida social se expande y se relaciona con gente de su edad pero aún le es imposible vivir de encargos.-

Finalmente y tras otra ruptura sentimental con Claude Debussy, también unido a otra mujer,  pasará los últimos treinta años de su vida en un hospital psiquiátrico, abandonada por su familia, incluido su hermano el poeta Paul Claudel. Su padre ha tenido siempre ambiciones desmedidas respecto a su futuro como artista y su madre ha visto en ella solo su deseo de «vivir como un hombre» y su belleza «excesiva». Las cartas que escribe desde allí clamando por su salida de ese injusto encierro son desgarradoras. Continuar leyendo «Relaciones que enferman : el caso Camille Claudel»