Red de redes: Internet y relaciones sociales en la post pandemia

Enredados en la red de redes, la nube - BLOG IDC SPAIN

A estas alturas ya nadie debiera dudar de que la única forma de entender esta realidad fragmentada en la que estamos inmersos es a través del pensamiento complejo, aceptando que nos movemos a través de tramas de sucesos, interacciones, azar e incertidumbre buscando un sentido que nunca puede ser simplista.

La información en un mundo hiperconectado se ve sumida en la paradoja del exceso de datos que termina desinformando. Nos movemos en una Red de redes en la que algunos nodos están muy conectado y otros casi nada pero es prácticamente imposible estar aislado. Las Fake news, ese cúmulo de noticias falsas que se divulgan con rapidez a través de Twitter o Facebook, marcan el cambio de paradigma en tanto los usuarios son a la vez productores y consumidores de contenidos, una noticia falsa se divulga en minutos instalando una «Posverdad» en la que los hechos son menos importantes que las creencias personales o las respuestas emocionales.

El trabajo debe ir en la línea de maximizar las oportunidades que la Red brinda para la superación de la incertidumbre y minimizar la «legalidad» del sálvese quién pueda en forma de mensaje de Twitter.

Como trabajadores de la salud mental interesados en la Ciberpsicología, nos preocupa el «Después de» la pandemia de COVID-19, en tanto creemos que  habrá un incremento de los síntomas de malestar en personas y grupos sociales, como resultado de la profunda crisis personal que esta situación ha originado.  Así, deberemos poner a debate nuestras estrategias de intervención y ampliar nuestra mirada para administrar todos los recursos disponibles. Es ahí en donde el poder de las redes sociales – no solo virtuales- cobra relevancia.

La realidad es construida y reconstruida en la interacción de distintos grupos sociales.  Si esto es cierto, entonces la intervención en red y «el efecto red» se transforma en una forma de participación que puede favorecer la resolución de problemáticas comunes.  La red social está siempre en desequilibrio porque al transitar distintos  canales de comunicación, amplía el campo de las posibilidades de cambio. Y en este nuevo escenario, el cambio será la «nueva normalidad».

2020: el año 0 de una nueva sociedad

Hemos visto cómo las redes, funcionando como sistemas abiertos, han posibilitado respuestas novedosas y permanentes en un contexto de distanciamiento social obligatorio , dispuestas a satisfacer intereses y necesidades de la comunidad de forma solidaria y auto gestora.  Durante la pandemia han surgido respuestas a problemáticas puntuales a través de la acción de voluntarios con mucho éxito.

Estas experiencias, refuerzan la idea de que el trabajo con metas mínimas que se base en los recursos, las potencialidades y la creatividad de los miembros de una red controlará y reducirá las respuestas puramente burocráticas. La organización alrededor de los problemas que los miembros de la red designen como tales supone que los diagnósticos a priori no existen y que la responsabilidad grupal desde la cooperación puede siempre más que la «bajada de línea».

La generación de una narrativa en común con problemas similares que unen,  suele superar a las diferencias de intereses laborales o educativos. Un problema en común da sentido al estar juntos en red. 

Las que hablan son las personas no las organizaciones y son las que generan propuestas alternativas de solución. Es lo que Sluzki llama «nuevas historias».

Analizar  como se comportan las redes es una posibilidad de entender cómo se establecen las relaciones sociales.

Si usamos la teoría, lo  que ya sabemos sobre la interacción entre las personas y lo situamos en un nuevo escenario es  seguro que encontraremos nuevas respuestas a viejas cuestiones aunque en el fondo tranquiliza saber que «no hay nada nuevo bajo el sol»…..a pesar que nos parezca que todo es inédito.

¿El homo ciberneticus es un ser aislado?, no necesariamente, aunque  los grupos sociales reales parezcan empobrecidos o hayan sido brutalmente destruidos por una especie de paranoia endémica, aunque haya tanta gente que vive sola, trabaja en su casa,  y ya no participa de asociaciones ni de grupos, gente que va  al gimnasio pero luego se vuelve a su casa, vive en un país o en una ciudad diferente de la que ha nacido y tiene miedo a lo diferente, a la incertidumbre, a la exclusión y a la soledad; aún sobreviven algunas cuestiones básicas,  la necesidad de interactuar  siempre ha estado ahí pero  ahora vuelve a aparecer con un nuevo aspecto para una vieja cuestión: si me «identifican» SOY.

Cuando la ruptura de las redes sociales de pertenencia atacan de alguna forma la historia de vida, reconstruir el relato ayuda a confiar. Y  ¿Qué otra cosa es Facebook  o Instagram sino una nueva forma de trasmitir socialmente la historia personal?

Formularse preguntas vale más que tener todas las respuestas, se accede mejor al conocimiento analizando un error que comprándose respuestas «infalibles». Desde la perspectiva de la resiliencia, entendida como esa capacidad de «rebotar» como un resorte después de una experiencia difícil,  hemos de buscar recursos para construir nuevas conductas y pensamientos que ayuden a desarrollar estrategias de resolución de problemas y de mejora en la comunicación.

Como psicólogos nuestro trabajo será ayudar a  nuestros pacientes a  moverse hacia metas realistas, estableciendo nuevas  relaciones en red, aceptando y brindando ayuda y apoyo y huyendo de la información distorsionada y agresiva para generar los cambios imprescindibles, tratando  siempre de visualizar lo que cada uno quiere para sí mismo en vez de preocuparse por lo teme.

Una red social puede modificar la percepción de sí mismo a través del protagonismo social que potencia. Solo se trata de trabajar en la dirección correcta.

El concepto de "resiliencia" en salud mental - IVANESALUD

Para saber más:

Dabas, Elina: Red de redes. Ed Paidos. 1993.-

https://revistes.upc.edu/index.php/ACE/article/view/9512

Turkle, Sherry : «En defensa de la conversación, el poder de la conversación en la era digital», Ático de los libros, Barcelona, (2019)

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